De cuando todos los coches eran en silencio

Si usted es un amante de viajar tranquilo, pero no hizo trayectos de larga distancia en el ferrocarril español cuando Renfe Depredadora Operadora era la RENFE, se perdió unas placenteras experiencias. Créame. Sobre todo en el aspecto del silencio, ya que en los últimos años el escándalo abordo ha aumentado hasta el nivel de que desde julio 2014 hay servicios que cuentan con el coche en silencio. El motivo es evidente: la educación.

Renfe 352-001-2 «Virgen del Rosario» 2001-T con Talgo III. Madrid—Chamartín. Octubre 1992 /Falk2.

Renfe 352-001-2 «Virgen del Rosario» 2001-T con Talgo III. Madrid—Chamartín. Octubre 1992 /Falk2.

Con el término antiguamente podría retroceder mucho, pero no es necesario. Me basta con remontarme a la década de los ochenta o incluso quedarme por los noventa para recordar viajes en el Talgo III con más silencio que en el llamado coche en silencio de ahora, que a veces parece el mismísimo de la Bernarda. Y eso siempre y cuando lo haya, porque la operadora los pone en sus servicios que son motivo de orgullo, no en los que circulan por defenestradas zonas de España, con trayectos de mayor duración y por tanto en los que el silencio se agradecería aún más.

Como pequeñajo inquieto y travieso que era, siempre intentaba zafarme de los brazos de mis padres —a veces lo lograba— para pasear por los coches apretando todo botón cuanto viera y dándole conversación a los viajeros. Ponía colorao a cualquier padre, pero creo que poco en comparación con lo que ahora molestamos a los viajeros. Indistintamente de la edad que tengamos.

Los móviles. De los inventos que más han revolucionado nuestro estilo de vida en las últimas décadas y que mejor nos sirve para avisar si vamos con retraso. Pero hay que lidiar con los factores adicción y sordera […] (continuar leyendo)

La educación no tiene vacaciones

La educación no coge vacaciones. Y si las coge, mal hecho. Porque la libertad de tus pinreles empieza donde acaba la de mi cabeza, debió de pensar Isa al encontrarse en un tren esta escena que ha divulgado para dar fe de la educación de la gente:

Pinreles AVE, por isita1506

Pinreles AVE. Vía → isita1506.

Como usuario del ferrocarril a lo largo de todo el año, atestiguo la denuncia de la carencia total del respeto que manifiestan algunos viajeros. Un déficit que se agrava de manera considerable cuando llega la época estival. Para muchos el subirse al tren con destino a la playa es como encontrase ya en la arena. Pies por lo alto a veces incluso sucios, conversaciones con el móvil a grito pelao, en bañador marcando la tienda de campaña montada y enfundados en la cuerpo-elástica con la correspondiente pelambrera sobaquera al aire.

La vida es más agradable estando cómodos. Pero si cada uno seguimos haciendo lo que nos dé la real gana y yendo únicamente a nuestra bola, según la ley del mínimo esfuerzo, ignorando las normas obvias de convivencia, acabaremos peor que los animales. Aunque algunos ya lo son.

Así que si os vais por ahí este verano, además de tener cuidado con los topónimos en otros idiomas, os aconsejo no dejar la educación en casa. De lo contrario os mereceréis que os toque de compañero de viaje y cuando menos os lo esperéis, alguno que se haya zampado un buen cocido madrileño.

Cuestión de prioridades

Se podría llamar priorizar o también administrar, gestionar, etc. Esa manera que se tiene de organizar cada ente por un orden sin el cual el deber quede sin cumplir. Con el que intentar cubrir todo lo necesario causando a cualquiera de dichos entes el menor de los perjuicios posibles. Pero nadie dijo que fuera fácil.

Así como en otros ámbitos, cuando no se tiene qué organizar se ansía entonces tenerlo. Cuando no se es jefe en algo se desea serlo. Aunque no haya dinero, pero se dirige. Se manda. El erotismo del poder. Pero también se adquiere una responsabilidad que conlleva saber priorizar. Un cometido que se complica de sobremanera si incluye personas.

Hace años una persona me dijo que priorizaba y que yo también debiera de hacerlo. Se refería a la vida social. Al tener algo concertando en la agenda semanas atrás y sustituirlo por algo repentino unas horas antes sin que en esto último fuera la vida. Pero esa persona sabía y sabe hacerlo de perlas. Explicarlo de una manera brillante, sencilla y sutil. Con excelente diplomacia. Buscar alternativas. Sabe priorizar y cómo aplicarlo.

Sin embargo abundan las personas que de eso no tienen ni idea o ni les importa lograr tenerla algún día. Aunque sea lejano. Sujetos de los que hasta se pueden llegar a tener serios indicios de que juegan con semejantes y/o tienen el sensor del decoro severamente averiado. Expertos en volcarse según sople el aire ese rato o bullan las hormonas en otorgar prioridad alta a algo en absoluto vital y obviar todo lo demás. Obviarlo de prioridad ni media, ni baja ni muy baja. Lo que en informática se llama idle. Para cuando se aburran, hablando claro.

Ante estas situaciones no queda otra que saber responder también con la prioridad de cada cual. Olvidando posibles rencores y venganzas. Sin odio, que es un sentimiento y no digno de cualquiera. Con claridad, educación y saber estar. Obligatorio no olvidar el amor propio tampoco. No ya por dar una lección, sino porque somos así. Respetamos y nos dejamos respetar.