Criticarse el ombligo

Noche de fin de semana. Un bar cualquiera. Un pequeño grupo de personas tomando algo. Entre ellas, las hay que son amigos de hace años y también quienes se acaban de conocer por compartir amistades, pero todas tienen en común que son de fuera de la ciudad en la que están por razones de trabajo.

Hace aparición la pregunta habitual de «a qué te dedicas» y a continuación otra nunca antes escuchada: «¿y no te da pena?». Dudas entre dar una respuesta a la cartagenera, con la retranca que la talla merece, o disimular que te ha sentado como un tiro y ser diplomático. Ni que lo hubieras explicado entre lágrimas o enfadado. Finalmente, y para que no se diga luego de la mala leche cartagenera, eres cortés.

Sin embargo, un rato después recibes por la antena derecha una conversación sobre a lo que se dedica quien te ha hecho la pregunta de antes. […] (continuar leyendo)

Para trabajar también hay que arrimarse

Te advierto, estimado lector, que esta reflexión con hechos reales te puede sentar como un tiro en los cataplines. Sobre todo si te das por aludido. Pero que también conste en acta que no comparto el ansia que tienen algunas organizaciones de dudosa finalidad en que se restablezca la esclavitud. Por si hubiera duda alguna.

En el último año he podido ver algunos ejemplos cercanos de lo que es buscarse la vida y de lo que es sentarse a esperar. Soy el primero en entender que si se han invertido muchos años en una formación específica, pues a priori se quiere dar uso a sus conocimientos para ganarse las habichuelas. Y que incluso existe el frustrante y no menos habitual caso de gente que tras dedicar toda una vida a una profesión, se ha visto sin trabajo y a duras penas va a ser contratada para desempeñar otra labor que alguien joven y recién salido del horno también querrá cumplir. Sin embargo a los que yo me refiero no son tan mayores, ni están tan encasillados en una profesión. Hasta puede que no hayan trabajado aún.

He sido testigo de gente que tras acabar sus estudios se ha apalancado en casa de los padres a renegar de que nadie le daba trabajo. […] (continuar leyendo)

«Worpress», «Acces» y «escell»

Acces escell

Acces escell

Cuando se busca empleo es típico el consejo de que es importante un currículum sin faltas, con buenas palabras, inteligible, que demuestre que se dominan las materias que se citan, etc.

Sin embargo cuando el demandante se encuentra con ofertas como esta llenas de faltas, peleadas con las comas en algunas líneas y sobre todo que no están ni correctamente escritos los programas/tecnologías requeridas… ¡Que Dios nos pille confesados! Pues quien lo ha redactado es probable que sea quien tiene que decidir si selecciona o no a los candidatos.

Vía Julio.

Klaus y las carretillas elevadoras

Advierto de que el vídeo acaba siendo gore pero muy instructivo y entretenido para los conductores de carretillas elevadoras, toros mecánicos o fegüis como siempre los he conocido. Tiene su toque de humor negro, y como hace Senovilla, no hay que olvidar compartir también cosas graciosas.

Vaya pieza el tal Klaus…

Gracias JJ por el correo. :mrgreen: