Los bólidos de las C15

Una típica C15

Una típica C15

Por La Guarida de Xpresi he visto un vídeo de una lavando el coche, dándole un enjuague completo, sin duda, que me ha traído recuerdos. Recuerdos de la mítica Citroën C15 que tenía mi tío Paco a cuento de que una vez la lavamos al estilo de la mujer del vídeo. :mrgreen:

La C15 era, para quien nunca se haya montado en una y la descripción de la Wikipedia le sepa a poco, una furgoneta de estas pequeñas que cuando iba cargada no iba sobrada de alegría, lógicamente, y que había que empezar a frenar un rato antes. Pero cuando la C15 iba descargada eso era todo un bólido. De hecho era muy frecuente, y aún hoy día en parte lo sigue siendo, que por cualquier carretera te adelantara de repente una a toda velocidad que acababa de salir de algún bancal o venía de terminar algún reparto, y que por supuesto un rato después la veías aparcada en la puerta de alguna venta. Pero un rato después ella te volvía a pasar a toda velocidad hasta la próxima venta —como contó en una columna hace años Antonio Gala titulándolo «el pijo de la C15»—. Aunque por supuesto siempre estaban los más arriesgados que aún con ella repleta de género hasta los topes también iba a toda leche.

Se sacaron con un solo portón trasero, con doble también, con y sin cristales traseros, con un poco de baca o sin ella, con más o menos líneas horizontales de esas de colorines por el borde del techo,.. y hasta alguna con seis ruedas. Todo dependía de las necesidades del usuario, de la antigüedad del modelo que se comprara y de si quería llevar el género con mayor secreto. La del Canepa por ejemplo, uno que tenía un bar, era de un solo portón trasero y ya por aquel entonces más amarilla que blanca. Se le notaba que era de las antiguas del pueblo.

Pero otra de las mayores características de las C15 eran lo limpias o sucias que iban u hoy en día las que van macarreadas tuneadas y las que no. No existía el término medio en este ámbito. Lo mismo veías una con unos cuantos años con sus asientos traseros sin una sola mancha, la pintura de fuera impecable, sin un solo rozaduras, el salpicadero brillante que casi chorreaba abrillantador de ese, el cenicero sin aspecto de haber sido nunca usado, el volante sin signos de haber tomado mucho el sol y la barra del parachoques trasero totalmente recta sin abolladuras. Que lo mismo veías otra con menos años en la que el blanco de fuera casi era ya amarillo, mezclado por supuesto con el marrón de los bajos llenos de barro, las dos puertas delanteras llenas de roces, algún piloto de los intermitentes delanteros roto, con los asientos traseros en búsqueda y captura o lo que de ellos quedase, el volante más marrón oscuro que gris, el salpicadero como almacén de las facturas que ya se desbordaba, las alfombrillas con tanta tierra que casi parecía un bancal portátil, el cenicero siempre abierto que tan a menudo se caía de lo que había perdido la forma y con la típica pasta verde para iluminarlo de noche que se había vuelto negra, el parachoques con tantas abolladuras que ya no podía parar nada y por supuesto las ventanillas siempre bajadas, sólo subidas en casos de extrema necesidad como alguna granizada o inundación.

La que yo más conocí era evidentemente de las del segundo tipo, que por eso hasta se llegaba a lavar quitándole los asientos y entrando con la manguera directamente dentro. Y muchos años que estuvo aguantando el tipo hasta que un accidente la dejó inutilizada pero protegiendo muy bien a su conductor. Si es que ya no hacen vehículos como los de antes. 😀

Imagen → Wikimedia

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