Ya siento la mano más ligera sin escayolas, ni los pellejos que se van desprendiendo. Ahora toca ir dándole uso con moderación, que la muñeca y el pulgar han estado demasiado cómodos y hay que acostumbrarlos a volver a ser útiles.
A medio gas (iii)
Ya siento la mano más ligera sin escayolas, ni los pellejos que se van desprendiendo. Ahora toca ir dándole uso con moderación, que la muñeca y el pulgar han estado demasiado cómodos y hay que acostumbrarlos a volver a ser útiles.
Bueno: poco a poco…
Ayer salí de fiesta y noté que ya no le daba la misma lástima a las mozas. ¡Me cachis!…
Poco a poco mocetón…así que ibas suplicando cariñitos jejejejeje