La semana pasada mi querido Miguel me enseñaba un vídeo de estos con voz de Loquendo sobre el Tuenti. El vídeo era a modo de parodia sobre el afán de coleccionar «amig@s» que la gente hace por estas redes sociales, que aunque usando las palabrotas que ya acostumbran a hacer decir a la voz Jorge de Loquendo -este es de los fuertes, advierto, que luego me comentan porque sea ofensivo-, lo viene a ejemplificar muy bien [vídeo]. Eso si, todo sea dicho, en Tuenti -y en Facebook también- se puede configurar que sólo quienes tenemos como «amig@s» puedan leernos y ver el material que añadamos. Ahí el vídeo se cuela un rato…
Si hay que conocer gente y todo eso, ¡está muy bien!, no llega a ser como se ha hecho durante toda la vida en los bailes del barrio, fiestas del pueblo o algo más reciente en la historia si hablamos de discotecas, pero algo es algo dijo un calvo que se encontró un peine sin púas. Y por supuesto cuando alguien se aventura a añadir a gente que no conoce pero que por lo que sea -normalmente por la foto 🙄 – le despierta interés, pues que menos que echarle valor y atenerse a las consecuencias.
Pero como de todo hay en la viña del señor -huy esto suena católico, ahora me demandará alguna asociación de musulmanes en España-, pues hay quien le echa ese valor o quienes luego no dan la cara y simplemente espían a quien se han añadido, o ni eso, lo tienen por lo que decía al principio: afán de engordar el contador de «amig@s» De hecho, sin ir más lejos, a raíz del vídeo que me enseñó Miguel me acordé de una chica que tenía por Facebook sin idea de quien era, porque lo normal es que quien te añade sea porque te conoce, o bien porque necesite conocerte -cada cual tiene sus necesidades: apuntes, salir en bici, y un interminable etcétera que mejor obviar -, pero lo de esta no he llegado a averiguarlo porque le pregunté y la respuesta del mensaje fue borrarlo de su muro y ni responder. Para que luego digan que los chicos vamos añadiendo a diestro y siniestro, al menos somos educados 😛
Y después de esta historia, a cuento de eso de que la información es poder, no es que sea malo meterse en una red social de estas, pero si que hay que tener ojo con controlar la gente que tenemos añadida, a la que le confiamos que nos lea y sobre todo que vea nuestras fotos, no fuera un día a pararnos alguien por la calle alguien y decirnos que en la foto del sexyono salíamos mejor
Destruyamos las redes sociales Dayer!!!! antes que nos destruyan ellas!!! 🙂
Jajajaja, hombre si llevado con moderación se puede convivir. El problema viene cuando empiezan a pedirte ser tu «amigo» otros hombres que no has visto en tu vida y que el sentido de su mensaje tiene varias maneras de entenderlo
No! Destruyamoslos!!!