Bordillos y lluvias en Cartagena

En Cartagena suelen haber lluvias un par de periodos del año. Entre septiembre y octubre y luego en primavera, aunque con excepciones como a veces en agosto. Y como estos carthagineses y romanos han visto poco el agua, sólo un día y no como viene siendo costumbre, hoy por ejemplo ha llovido bastante en un momento. Al principio granizo pero ha durado poco por suerte.

Sin embargo lo que sí que se repite  con alta presisión —como diría mi abuelo— es que las calles se inunden con el agua por encima de los bordillos y carreteras al paso por las ramblas desaparezcan. Cierto es que la cosa a nivel general mejoró con la canalización —por fin— de la Rambla de Benipila a su paso cerca del Eroski y del Colegio San Vicente de Paúl que hace años se llevó la vida de una mujer y otra se libró de milagro, pero por La Nueva Cartagena siguen de reobras como contaron en El Blog Crítico de CT, lleno de perlas sobre la ciudad.

Bordillos insuficientes, medianas mal hechas, badenes enormes, conocimiento nulo de la gente, vertederos de escombro improvisados, torrentes sucios y un largo etcétera. Cartagena no está preparada para el agua como ya se sabe por su historia y el cartagenero tiene una mala leche especial que a todo le encuentra defectos. Pero desde mi punto de vista habría que dejar de gastar tanto en anchísimas aceras con poco tránsito de peatones e invertir más en infraestructuras, para que por ejemplo con cuatro gotas ni la ciudad ni sus distritos se paren. O a este paso podremos ser sede de unos Juegos Olímpicos —que buena mala leche :mrgreen: .

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