Aprovechando la apertura al público del yacimiento mediante visitas guiadas, el pasado sábado estuve en la cueva-mina Victoria. Una visita imprescindible junto con la exposición temporal (hasta el 15 de febrero) sobre este yacimiento en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena, donde también por cierto se reservan las visitas guiadas a la cueva.
La cueva Victoria está situada en el cerro de San Ginés, cerca de El Estrecho de San Ginés y dentro del término municipal de Cartagena. Presentando más de tres kilómetros de galerías, la brecha que contiene los fósiles forma parte del conjunto paleontológico de la Región de Murcia y está reconocida como lugar de interés geológico internacional (Geosite).
La llegada a la zona es bastante fácil mediante la vía rápida que va hacia La Manga del Mar Menor (RM-12), salida 6, aunque el acceso al camino da acceso a las inmediaciones de la cueva está un poco escondido en el arcén de la carretera, con un considerable desnivel y ausente de cualquier cartel indicativo en el arcén.
La denominación de cueva-mina se debe a que en ella se mezclan las formaciones naturales de los distintos procesos geológicos de nuestro planeta, que dieron lugar a una cavidad kárstica natural, con galerías de la actividad minera en busca de hierro y manganeso (que se espera que sean acondicionadas para ser visitadas) y los restos de sus técnicas de explotación que se desarrollaron principalmente a partir de 1878 durante cerca de setenta años.
Es por ello que su visita supone una experiencia de paleontología y geología a la vez que de historia de la zona. Y es que a lo largo del recorrido se pueden apreciar aspectos como las distintas capas de composición de las rocas, que atestiguan las fases de formación por las que pasó el lugar; baritina, pirolusita y goethita; depósitos de calcita que sellaron la cueva y que permiten conocer los cambios sufridos por el clima en el pasado; calizas y dolomías del Triásico en las que se forma la cavidad; restos de estacas de madera, barrenos o perforaciones hechas con máquinas, que dan muestra de los avances tecnológicos que fue teniendo la minería. Sin olvidar la utilidad que tuvo para conocer la fauna e incluso puede que los primeros humanos de la zona hace nada más y nada menos que unos 900 000 años, motivo principal de la visita.
En una de las salas más grandes hay unas proyecciones y reproducciones de sonidos para recrear el ambiente que se cree que pudo tener el exterior de la cueva hace unos 900 000 años.
La cueva cuenta con dos entradas (Victoria 1 y 2) que fueron hechas por los mineros, además de algunos pozos que sirven de ventilación, pero la brecha con fósiles se localiza concretamente junto a la entrada Victoria 1. De hecho no fue hasta la década de 1970 cuando tuvieron lugar el descubrimiento y las excavaciones de sus primeros fósiles, aunque desde entonces ha habido en ella una investigación prácticamente ininterrumpida. Dicha investigación ha proporcionado datos científicos de mucho valor, como el apoyo a la teoría de que nuestros antepasados vinieron desde África cruzando por el Estrecho de Gibraltar, así como una colección de más de noventa vertebrados entre los que se encuentran mamíferos, reptiles, aves y e incluso alguno desconocido hasta ahora. Y todo ello teniendo en cuenta que hoy aún hay fósiles en fase de estudio y que se esperan poder reanudar las excavaciones en el verano de 2018. Según los guías del Ayuntamiento de Cartagena, en un futuro se quiere que convivan en la cueva visitantes e investigadores.
El itinerario entre andamios busca combinar el alterar lo menos posible el estado de la cueva-mina con garantizar una seguridad a los visitantes.
La teoría del paso por el Estrecho viene motivada porque la edad atribuida a los fósiles coincide en el tiempo con un episodio especialmente frío y árido en todo el planeta, que provocó el primer gran descenso del nivel del mar durante el Pleistoceno. Ello pudo ocasionar una bajada en el nivel del mar hasta de cien metros, dando lugar a un Estrecho de Gibraltar más estrecho, valga la redundancia, que facilitara la comunicación a pie entre África y Europa. Con la fauna se incluiría al Theropithecus, típico de África y del que se han encontrado restos en la Cueva Victoria así como en la India, Italia e Israel.
El líder de estos descubrimientos, José Gibert, describió en 1984 junto a Juan Pons Moya una segunda falange humana del quinto dedo de la mano derecha, contemporánea al hombre de Orce, que fue encontrada en este yacimiento de la cueva Victoria. Aunque si bien no se cree que vivieran humanos en esta cueva, sino que se tratase de un foso de hienas de la época que se llevaban a casa sus capturas, algo que también explicaría la presencia de restos otros animales, incluso delfines y focas.
Y es que puede que la orilla del Mar Menor de aquella época no invitara para nada al baño y por motivos bien distintos a los de ahora.
De hecho mucho se le debe a las hienas, que fueron las responsables de las acumulaciones de dientes y huesos fósiles que se encontraron en la cueva. Con sus mandíbulas eran capaces de transportar cadáveres mucho más grandes que ellas al interior de la cavidad para alimentar a sus crías. A veces incluso desde varios kilómetros de distancia. Se sabe que trituraban los huesos para alimentarse del tuétano por sus coprolitos, de los que está repleto el yacimiento. Estos animalitos parecidos a la hiena actual y con lo que hoy llamaríamos síndrome de Diógenes podían pesar más de cien kilos y no sólo se dedicaban a la carroña, sino que también cazaban y se atrevían con presas grandes, como fe de ello dan los restos encontrados en el yacimiento.
Así se han encontrado restos de:
- Caballos mediano (Equus altidens altidens) y uno de talla mayor (Equus suessenbornensis).
- Osos (Ursus deningeri), parecido al oso pardo de hoy.
- Un perro salvaje de tamaño parecido a un coyote (Canis arnensis) y otro mayor (Xenocyon licaonoides).
- Tigres de dientes de sable con colmillos de tamaño medio (Homotherium latidens) y otros de menor tamaño (Mengatereon).
- Pantera de Owen (Puma pardoides), similar a un leopardo.
- Jaguar europeo (Pantera gombaszoegensis).
- Lince (Lynx pardinus).
- Rinoceronte etrusco (Stephanorhinus etruscus), de tamaño similar al rinoceronte blanco actual.
- Mamut meridional (Mammuthus meridionalis). Un elefante grande con unos aparentes colmillos grandes y curvados más típicos de los mamuts.
- Ciervo gigante (Megaloceros novocarthaginiensis), una especie de nueva definición.
- Gamo (Dama vallonnetensis) de talla algo menor que el cierto común.
Una visita guiada muy recomendada y didáctica, que además nos hace volver la mirada atrás y ver la actualidad de estos días relacionada con África desde otro punto de vista, porque todos venimos de allí. Tanto esta como la del museo son gratuitas. Aunque me ha sorprendido tristemente no ver ninguna mención a la administración estatal en la información de los organismos que han contribuido a la exposición del museo.
Referencias:
- Exposición temporal sobre la Cueva Victoria en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena «Enrique Escudero de Castro» y el catálogo de la misma.
- PÉREZ DE PERCEVAL, M. A., MANTECA MARTÍNEZ, J. I., LÓPEZ-MORELL M. A. Historia de la minería de Cueva Victoria. 2012-14. En: Mastia. n. 11-12-13. pp. 47-58. ISSN: 1579-3303.
- GIBERT CLOLS, J., GIBERT BEOTAS, L., FERRÁNDEZ CANYADELL, C., ROBOT, F., IGLESIAS, A., GIBERT BEOTAS, P. 2005. Cueva victoria: Geología, paleontología, restos humanos y edades. En: Memorias de Arqueología 14. pp. 37-62.
- Mi familia, que en cuanto se enteró de las visitas guiadas me avisó para que viajase allí ese fin de semana.