Pretende instalar el sistema de los «tres avisos» y desde Cultura llegan y dicen que el canon digital «no es un instrumento de lucha contra la piratería».
La sociedad esta de gandules y vividores parece que no tiene límite en cuanto al planteamientos de objetivos se refiere. Ya consiguieron hace años el canon para CDs y DVDs -aunque hay gente que se piensa que la última ampliación del canon es el primer canon en medios de almacenamiento digital-, luego empezaron a amenazar con que si intentar meterle un canon a las conexiones a Internet y a los discos duros -las conexiones no sé si lo lograron, los discos duros además de escáner, tarjetas de memoria, mp3/mp4,.. desde luego que si [detalles en soitu.es]-. Y ahora, pues por que no, el siguiente paso ya es conchabarse con los proveedores de Internet y que se fijen en qué ficheros descargan los usuarios de la red, mandarles avisos y cuando reincidan pues quitarles la conexión o lo que se le ocurra a la pandilla de tirititeros.
Es como si a estos de las discográficas se les haya olvidado la hegemonía que han tenido durante un montón de años con los vinilos y las cintas. Antes eso de tener el último disco de Perico de los Palotes bueno… uno no se estaba comprando discos ni cintas todos los días, ni tampoco todas las semanas. Fueron cambiando los tiempos, pasamos al Euro, la informática cada vez más barata… pero los CDs que en pesetas se llamaban 2.000ptas con los Euros pasaron a llamarse 13 ó 14€ -es que además hay que aprovechar y redondear para bien- y yo sigo sin ver los precios de los CDs tirados por los suelos. Si un CD virgen cuesta unos céntimos, ¿cómo luego el de Serrat y Sabina cuesta casi 20€ y el de Alejandro Sanz 11€? Será que no hacen conciertos estos señores, que ahí se sacan una buena pasta y saben que suelen tener asegurados los llenos, aunque el último más que cantar le hable al micrófono. Cantar ya no es como antes, que había que tener buena voz.
Aquí nadie está defendiendo la piratería, pero estas asociaciones de tirititeros podrían cortarse un poco y más ahora que hay muchas familias que las están pasando canutas para llegar a final de mes. A quien le gusta mucho un artista ellos saben que se compra el disco, y además los conciertos cada vez están más caros -claro, hay que darle también de ahí un pellizco a la SGAE, por si alguien graba el sonido y luego lo distribuye gratuitamente, no vaya a ser que al próximo concierto no vaya nadie-.
Pero además, a diferencia de lo que mucha gente se cree, legalmente el agravimiento de los precios que tenemos en España con estas cosas no nos ampara para que entonces copiemos y distribuyamos lo que queramos. Es como los impuestos mafiosos, que te los imponen pero no te suponen ninguna ventaja con respecto al resto de gente.
Cualquier día de estos nos encontramos que los albañiles a los que sólo se les encarguen obras de poco precio piden también un canon para los materiales de la construcción, o que los abogados que apenas tengan asuntos para llevar piden un canon para los folios, o que los talleres de coches que tengan pocos clientes pidan un canon en aceites y recambios de automóvil, etcétera. La profesión de artista es sufrida, como tantas otras, y para ganar dinero lo que hay que hacer es trabajar más y tratar de encontrar la manera en la que el producto se venda en la mayor cantidad posible, no lloriquear y esperar a que la sociedad los damnifique, porque mucho peor seguro que lo pasa el que está en la mina perjudicándose sus pulmones para el resto de su vida y no como el cantante que se droga para ser más guay.
Además, tienen la guerra perdía, que cada dos por tres hay quien saca algún invento [como ya conté de Switzerland] contra el espionaje de estas asociaciones