En un viajecillo por Asturias el diciembre pasado decidimos volver por el Puerto de Pajares —tengo pendiente una entrada sobre el viaje. Para la ida decidimos evitarlo por la fama que tiene de estar nevado y el biruji que hacía aquella noche. De hecho rodeamos echando por Burgos y con todo y con eso no nos libramos de varios kilómetros de hielo ni de una furgoneta haciendo eses delante. Pero para la vuelta por el día y con temperaturas más agradables nos envalentonamos y no nos defraudó la elección de echar por la ruta de la plata.
Es la típica carretera de tropecientas curvas para arriba y otras tantas para abajo, aunque yo creo que donde más y peores las tiene es en la parte de Asturias. Por aquí se asemejaría a ir de Cartagena al Puerto de Mazarrón pero por una carretera con mejor asfalto, nieve en los márgenes y sobre todo más larga. Existe desde hace años la alternativa de echar por el Huerna y la autopista de peaje, aunque dicen que tampoco es la pera limonera. Sin embargo por lo que pudimos comprobar de la nacional, al llegar a lo alto del puerto se agradece que esté la venta Casimiro con un menú propio de la zona a un buen precio. No obstante me quedó patente que no es de extrañar el enfado que tienen los asturianos con las comunicaciones por carretera, e imagino que también por tren, con el resto de la Península.
Unas fotillos que no falten:
ya sabes que la gente que tiene un blog es egocéntrica, no???????. jajajajajaja
¡¡¡serás so #$&@*!!! Ni que fuera contando mi día a día y en un tono triste para atraer a señoritas. Egocéntrica tú que siempre te gusta que te diga cuando voy por allí para excusarte. PiKPiK