«Seta» y minas de cobre de Sierra Espuña

A pesar de que los mapas topográficos de Sierra Espuña señalan varios puntos de interés, minas entre ellos, siempre hay lugares que no están indicados en ellos. Como en este caso fueron unas minas de cobre y una roca con forma de seta —o níscalo desde mi punto de vista— que lucen algunos bares de la zona entre fotos características de la sierra.

Plano de la ruta

Plano de la ruta

Nosotros optamos por una ruta desde los pozos de la nieve, combinando sendas, subir y bajar cortafuegos, un poco de monte a través entre matorrales poco amigos de las prendas de verano, otro poco de barrancos, etc, y además a las puertas del verano, con lo que ello conlleva en cuanto a reservas de agua, protección solar y garrapatas. Poco más de 13 kilómetros en unas tres horas y media de tiempo andando, pero en total unas cinco [ruta en wikiloc].

Empezamos la ruta desde los pozos de la nieve, por una senda que sale a mano derecha antes de llegar al collado Mangueta. Al poco dimos con una fuente de agua con bastante aspecto de ser frecuentada por los arruís, que por estar ya en los inicios de la temporada estival apenas llevaba un hilo de agua. En otras épocas del año sí podemos encontrarla con más agua.

Fuente

Fuente

Continuamos descendiendo por lo que algunos conocen como la senda de las dos mil curvas, rodeando El Perdigón, hasta cruzarnos con la carretera, remontar un poco por el arcén y llegar a la casa Rosa. Hasta aquí el paseillo para calentar.

Casa Rosa

Casa Rosa

Por detrás de la casa Rosa comienza un cortafuegos que cruza de Norte a Sur el río Espuña. Bajamos por él zigzagueando, descendiendo el barranco del Azud, hasta llegar al río en cuestión, para luego remontar por el mismo cortafuegos hasta alcanzar la pista forestal de la cuesta del Marqués. El que la subida sea por cara Norte la hizo más llevadera, aunque al tratarse de un cortafuegos el suelo estaba más suelto de lo normal.

Cortafuegos

Cortafuegos

Una vez en la pista forestal, continuamos hacia el Este, llaneando y contemplando algunas vistas, como los morrones de Totana y Alhama y la solana del Morrón, además de la ya anunciada piedra en forma de seta y los troncos de los pinos rodeados por enredaderas, tan características de las zonas más sombrías de la sierra.

Panorámica morrón Totana y morrón Alhama

Panorámica morrón Totana y morrón Alhama

Al fondo piedra en forma de seta

Al fondo piedra en forma de seta

Enredaderas en los troncos de los pinos

Enredaderas en los troncos de los pinos

Después de un rato de pista para sortear el barranco Quemado, llegamos a la zona en la que hay que salirse del camino y prácticamente bajar monte a través, para encontrarnos con el principal atractivo de la ruta: las minas de cobre. No hay ninguna indicación, ni hito ni marca de sendero. Visto sobre el mapa esto de salirse del camino parece que es para atajar las cuestas del Marqués y salir al puente del Aire, y en parte así es.

Al poco de abandonar la pista, sabiendo adónde ir y con algo de suerte encontramos las bocaminas. Aunque las piedras con azurita y malaquita sirven bastante de ayuda, pues cuando empezamos a verlas fue porque estábamos a pocos metros de cada una de las minas. Sobre ellas destacar que la que tiene dos bocaminas puede que tenga bastante fondo, pues desde fuera no se ve su fin, pero la que tiene una sola entrada apenas tiene unos metros de fondo.

Alrededores bocaminas

Alrededores bocaminas

Alrededores bocaminas (ii)

Alrededores bocaminas (ii)

Azurita y malaquita

Azurita y malaquita

Mina con dos bocas

Mina con dos bocas

Mina pequeña

Mina pequeña

Desde las bocaminas, hacia abajo, se puede observar e imaginar la distribución que tuvo en su día la explotación. Con unas balsas que seguramente sirvieron de lavadero del mineral y las ruinas de lo que pudo ser una casa, con varias estancias incluyendo una para los animales.

Balsa

Balsa

Ruinas de la minería

Ruinas de la minería

Para salir del lugar y continuar la ruta hubo cierta complicación. Si bien parece que salen algunas sendas desde las bocaminas o las ruinas, pronto se pierden entre matorrales armados de pinchos hasta arriba. Aquí no tuvimos más remedio que tirar monte a través en busca de volver a cruzarnos con el río Espuña, no sin llevarnos alguna sorpresa con garrapatas.

senda hacia río Espuña

senda hacia río Espuña

río Espuña y caño de agua

río Espuña y caño de agua

Una vez encontrado de nuevo el río Espuña, lo cruzamos y seguimos una senda bastante agradable y sencilla que iba paralela al caño de agua, hasta llegar cerca de la carretera que sube desde la fuente del Hilo al collado Bermejo. Tras remontar unos 800 metros por el arcén nos cruzamos con el barranco del Gallego y cogimos su senda para regresar al collado Mangueta.

senda del barranco del Gallego

senda del barranco del Gallego

Tras unos 3 km de senda cuesta arriba, que se pronuncia especialmente al final, y acompañada por una vieja tubería de hierro ya en desuso, volvimos a los pozos de la nieve, al inicio de la ruta unas cinco horas después.

2 comentarios en “«Seta» y minas de cobre de Sierra Espuña

  1. Muy interesante la ruta. Me interesa mucho la geología y desconocia de la existencia de estas minas de cobre, Intentare visitarlas.
    Por un casual tu madre se llama Valentina.
    De ser así, fuimos compañeros de bachillerato

    • Conocimos de su existencia casi por casualidad y encontrarlas tuvo su complejidad porque en los mapas topográficos no están señalizadas, a diferencia de otras. Con la ruta que he compartido el wikiloc será más fácil.
      Por cierto que he confirmado lo de que fuisteis compañeros y te manda un saludo 🙂

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