Cultura no sé, pero saber ligar que no falte

De piedra me quedé ayer con el telediario. No sé aún bien si de envidia o de la gilipollez de noticia: «el Ayuntamiento de Segovia enseña a ligar a las niñas». ¿Ein? De entre 13 y 16 años… ¿Esto es para que liguen más o para rebajar la tasa de zorreo tempranero?

Cuando yo tenía 13 años pasaba las tardes haciendo ejercicios, murales con los compañeros o en casa de algún amigo. Ya si era verano íbamos a alguna piscina unos cuantos o a la casa de la playa de mi amigo Francisco. Con 16 teníamos más variedad de planes, pues si no había tareas del instituto ni de la familia nos juntábamos cerca de una tienda llamada Patris —o algo así se llamaba— a comer golosinas y pipas mientras nos contábamos cosas de las vacaciones o planeábamos salir el fin de semana. Y en todo caso cuando salíamos éramos felices por alguna plazoleta la mitad de gente de la clase del instituto. Y aquí estoy yo y todos mis amigos, que Dios me los cuide muchos años. Unos empezaron a darse besitos a escondidas con las nenas antes y otros después, y las chicas pues igual con los chicos. ¿Y por ello hemos salido unos desgraciados? ¿Tenemos que sentirnos retrasados?

Pero ahora la cosa es distinta. Darle clases de cómo ligar a unas niñas, ¡como si no supieran las de ahora! Insisto en que sospecho que realmente es para que sean menos facilonas porque al/la lumbrera que se le haya ocurrido la idea habrá decidido que hay que elevar la decencia de algunas para que dentro de poco no protagonicen vídeos clandestinos de móvil a móvil y por Internet. Vamos que seguro que a una con 13 años que hace cosa de mes y algo se lió, y con algunos hasta donde ya se corren riesgos más serios que la fama, en una fiesta de confirmación con once chicos le van a hacer nada de falta esas clases, por ejemplo, y es un caso real. O a las que frecuentan las urgencias de los centros de salud los fines de semana rogando a los médicos por la píldora del día después porque aún no tienen la edad legal para comprarla también les va a servir de nada mucho. Tonterías. Manía de tomar a la gente por gilipollas. Como si nuestros tatarabuelos no hubieran sabido darle al asunto gracias al cual estamos aquí.

Se están poniendo las cosas que como de aquí a poco no cambien los gustos por las mujeres decentes a partir de cierta etapa de la vida, los bares van a rebosar de carlancas solitarias. Y las mujeres tampoco quieren compartir el resto de su vida con un chuloputas tengo entendido.

Luego da igual si con 16 años no saben quien escribió el Quijote, ni cuando ocurrió la Guerra Civil, ni desde qué año tenemos una Democracia y por supuesto que palabras del español conozcan las justas. Pero para enseñar la jodienda desde lo antes posible que no falte de nada, que vamos a ser una potencia mundial por fin en algo.

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