Ayer volvimos sanos y salvo de la escapada de fin de semana por Barcelona. En general más que un viaje cultural ha sido de convivencia entre amigos, como era de esperar, motivo para recordarlo por mucho tiempo y por el que apenas hay fotos de interés general de las tropecientas que cada uno hicimos. Algunas he puesto en las que se nota mi gusto por los raíles.
Nos fuimos en avión desde Alicante, con Spanair, que comprando el billete con tiempo ofrece muy buenos precios, más baratos que en tren. Lo malo que tuvo que ser un vuelo tempranero, pero bueno así llegamos allí a las 10 teniendo aún todo el día por delante. La vuelta ya fue en tren porque para volver en domingo había habido antes gente más avispada y los billetes estaban algo disparados, pero por mi genial, en un Talgo VI que aunque apareció algo tarde por Sants llegó a su destino unos minutos antes de la hora prevista. Buena locomotora llevó este viaje a pesar de que para los trenes con destino la Región de Murcia Renfe suele tirar de lo más viejo de la flota, que por no tener no tenemos ni tendido eléctrico sobre las vías, no pudiendo por tanto tener ni Euromed ni Talgo 250 ni nada que funcione con locomotora eléctrica.
Pero como ya he dicho lo importante era estar todos juntos, comidas incluidas, con esa buena mano de Marta para los espaguetis o la de Vicente para freír patatas y huevos fritos con puntillas, y todo siempre en el salón, también habitación de Vicente, como lugar preferido de convivencia, aunque la cocina también tenía su atractivo para hablar, con lo estrecha que era. Incluso los amigos de nuestros amigos de allí se han portado genial, ni uno solo naZionalista que nos haya sacado conversaciones de política, aunque si casi todos del F.C. Barcelona. Así que una vez más he podido ver como en aquella Comunidad Autónoma por suerte no toda la gente tiene la mentalidad del un comentarista casual de este blog, Albert. 😀