El que vale, vale, y el que no a político

Con los años parece que el dicho ha ido cambiando. Pasando porque si a derecho, filosofía, FP, letras,.. Dedicaciones contra las que no tengo nada y que me parecen muy dignas —me parecía un dicho a mala leche. Multitud de palabras para acabarlo que encuentra uno buscando por la red, pero cada vez estoy más convencido de que hay que terminarlo con «político».

Hace muchos años lo decía uno de mis abuelos. No entendía como en España cualquiera podía ser alcalde, incluso alguno que apenas sabía escribir. Uno de mis tíos siempre lo dice: si no dejo que me opere del corazón alguien que no es cirujano ni que me lleve en avión de Madrid a Nueva York alguien que no sea piloto y experimentado, ¿por qué cualquiera puede gobernarme? Pues así es la cosa. Porque además curiosamente los políticos son los que nos mangonean en todo lo posible. Hay tres poderes supuestamente independientes pero que en realidad son manejados por los mismos. Entre ellos el Judicial que es el que más me preocupa porque su independencia se está poniendo en duda en los últimos tiempos. Muy independiente sí, supuestamente, porque si el cargo que tienes en alguno de los altos tribunales te lo ha dado un partido político difícilmente vas a morder la mano que te da de comer.

Ahora es entonces cuando viene la gente a criticarme, claro que sí. Porque se supone que cualquiera tiene derecho a tratar de aspirar a ser concejal, alcalde, presidente de uno de nuestros diecisiete miniestados o ya puestos pues hasta del Gobierno. Pero la realidad no es así. No hay listas abiertas, que es lo primero que debería de haber. Puedes ser el mejor preparado y el más listo de tu comarca pero necesitas de un partido político o nanai de la China, porque luego verás al hijo de Pepito que de pequeño le gustaba ver a la gente darse ostias en la escuela cuando no se estaba peleando él, la que abandonó en cuanto pudo porque no quería hacer nada y los padres obligaron a dedicarse a algo, pero que por ser hijo de quien era lo enchufaron en tal partido político y ahora es el que manda en tu pueblo/ciudad o incluso en toda España. Aunque sea el más burro de todo el partido o Carmela la prudente que ahora se está haciendo famosa. Da igual. Porque si alguien del partido le planta cara para arrebatarle la candidatura en las próximas elecciones haciendo unas votaciones entre los militantes del partido, logrará que la carrera política del atrevido en el asunto termine ipso facto.

Ni clasista ni ocho cuartos, que para empezar no puede presentarse cualquiera a las elecciones, aunque sí con cualquier cantidad de neuronas sin estar peleadas entre ellas.

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