Con varias semanas de retraso ya iba tocando escribir sobre la quinta edición del Electromar Festival. Estoy totalmente desentrenado en esto de la redacción.
Organización
Hay festivales que deben gran parte de su público a la organización más que a los artistas que pasen cada año. Según cómo saliese esta edición del Electromar podía ser la señal de haber encontrado un buen lugar para siguientes años y repetir lo de las dos jornadas, o no. Desconozco los resultados en cifras pero a mi parecer este año la gente se ha vuelto más contenta a casa y eso puede dar una publicidad de boca en boca muy valiosa.
Uno de los mayores cambios con respecto a años anteriores ha sido la variedad del cartel. Por primera vez y aún llamándose electro-mar ha resultado haber artistas también de Indie y Hip Hop. Respetando por supuesto lo que venía siendo la electrónica pero con actuaciones intercaladas de otros géneros. Una apuesta de querer abarcar un público de mayor variedad que según gustos ha sido acertada o equivocada. Supongo que la organización conocería de sobra el dicho de quien mucho abarca poco aprieta
y lo planeó lo mejor que pudo. Para mi faltó más marcha y de calidad, pero para gustos los colores.
Hubo otros cambios que no se supieron hasta la primera e incluso la segunda jornada. Por ejemplo para sorpresa del público los tickets del viernes no sirvieron para el sábado, por lo que mucha gente acabó coleccionando ranas de recuerdo en puesto de para el día siguiente. Aunque sin duda otro factor que más pudo disgustar a los asistentes fue el límite horario a partir del cual se podía salir del recinto y volver a acceder con la misma entrada. No tardaron en aparecer voces recriminando la decisión como si fuera el único festival donde se hace; como si nunca hubieran asistido al Sonar donde no hay espera que valga o a Monegros con una hora similar. Esta última es una práctica que cada organizador es libre de hacer pero que no me gusta que se calle hasta una vez que se está dentro del recinto.
Sin embargo es muy importante que la gente no olvide lo que paga. Hay festivales en la Región de Murcia que reciben una subvención de un millón de euros por parte de la Comunidad Autónoma y aún así cobran entrada; otros por otras zonas donde por más de lo que costaron dos jornadas de Electromar no dan ni para un día, con entradas a sablazo limpio desde el día que salen a la venta, en mitad de un desierto o donde destrozan coches. Por mi ojalá hubiera un Electromar cada mes y poder disfrutar de música electrónica en la Región.
En cuanto a promoción me da que ha sido la edición en la que más y mejor se ha promocionado el festival, con cuñas en emisoras de la relevancia nacional de Radio 3, revistas especializadas, periódicos y hasta en los paneles de la zona de llegadas del Aeropuerto de Alicante, donde doy fe que incluso un mes después continuaban los carteles.
Artistas
Creo que la mayoría de artistas estuvieron como era de esperar. Moby con banda y vocalista tocando sus temas más conocidos amenizados con frases en español lo mejor que podía, a diferencia de la mayoría de profesionales del gremio que ni suelen levantar la cabeza del suelo del escenario, la mesa de mezclas o el portátil marca «pero mordío»; llevaba una camiseta del movimiento «Democracia Real Ya» de Cartagena, pero eso es ya otra historia. 2manydjs enfundados ambos en trajes gris plata satinado y con su puesta en escena habitual y unas proyecciones que parecían en alta definición comparadas con las de otros artistas; a la gente le encantó la de Chimo Bayo mientras metían una remezcla del mítico A sí me gusta a mi, el del X-ta sí x-ta no, la misma creo que en el Creamfields Andalucía de 2009; según un amigo siempre suelen grabar un barrido de emisoras de radio allá donde vayan a actuar para meterlas al comienzo. The Zombie Kids metiendo conocidos temas cañeros con mezclas que se les iban, en colaboración con una botella de vodka y otra de vino espumoso. Etcétera. Sin obviar alguna decepción como la de Marco Carola, del que por las sesiones que le conozco desde hace años y la hora de la que se trataba (06.15-08.15) estuvo bastante flojo, lejos del cierre del año pasado de Alexander Kowalski, por ejemplo.
No pillé a Edu Imbernón, ni Dubpaper, 2020 Soundsystem, Mar-T, Jesús Ortega, Pascal Feos, C-Mix, Andrés Arias, Carlos Agraz,.. A Ellen Allien sí pero acabando. Del resto del cartel conocía poco o nada como para poder opinar, sobre todo del Hip Hop que nunca tragaré. Pero en líneas generales las actuaciones estuvieron bien. Buenas mezclas, ecualizaciones a la altura, comunicación con el público o modo autista y otros tantos detalles ya depende de cada artista y su séquito, no del festival.
Lugar
Había varios retos con respecto al año pasado. El evento pasaba de un día a dos y hacía falta más capacidad de alojamiento. Sin olvidar otros aspectos como mejorar la imagen dada en la edición anterior cuando el festival no estuvo a la orilla del agua como suele ser habitual, la zona de acampada estaba llena de escombro, sin duchas,..
Pegado literalmente a las calles de Los Narejos, como que tuvo lugar en unos jardines de la localidad, cerca del agua y con hoteles más cercanos que en 2010 creo que la organización limpió la imagen del año pasado. Aunque como en todo siempre hay cosas mejorables como fue el caso del suelo del escenario Electromar, el principal, lleno de piedras que algunos medios como La Verdad y el público no titubearon en denunciar. Costaba encontrar un hueco cómodo para los pies con el que poder permanecer un buen rato en pie. Sin embargo en el resto de escenarios el firme estuvo en buen estado y no faltaron las áreas de descanso con césped ni los aseos para todos los gustos. El cartel de acceso a la zona VIP se notaba que estaba hecho a toda prisa pero la zona en sí estaba bien.
Felicito a la organización y al Ayuntamiento de Los Alcázares por la ubicación escogida y sobre todo a los vecinos por aguantar el aluvión de gente y tráfico por sus calles durante el fin de semana.
Público
Como es habitual en los festivales de estas tendencias musicales no suele haber peleas y el Electromar no fue una excepción. De entre los más de 30000 electromarinos —según la web del festival— había de todas las llamadas tribus urbanas habidas y por haber que mejor no citaré para evitar poder olvidarme de alguna. Gente mayor de edad, alguna incluso cercana a la de jubilación, que afrontó los dos días como mejor le vino en gana pero sin peleas ni malos rollos.
Sin embargo desconozco los motivos por los que en todos los festivales la Benemérita apenas vigila la llegada del público y las sustancias que llevan en los bolsillos y recovecos de los coches, a diferencia de a la salida y los controles de alcoholemia. Da pena encontrarse por las aceras a crías jugando a empolvarse la nariz, gente intentando empolvársela en medio del público si no es porque los de seguridad —que me parece estupendo— estaban al tanto, peste a porro, el suelo a la mañana siguiente lleno de los envoltorios de los pollos y a hijos de mil padres que van intentando venderte tema. Un día no descarto ver el espectáculo también en las corridas de toros, por eso de ser un evento.
Material gráfico
Aún no sé cómo grabar vídeos en los festivales sin que sature el sonido. Lo intenté con lo del Chimo Bayo de los 2manydjs sin éxito. En cuanto a fotos esperaba hacer más con eso de que este verano he vuelto a tener las dos manos sanas. Aunque planos oscuros, otros quemados o movidos, caras del público que no me gusta fotografiar y sobre todo una cámara de chichinabo no me han permitido hacer muchas fotos.
(para ver el álbum a la antigua usanza → aquí)