Esta pasada Nochevieja se pareció demasiado a la de 2008. Pocos sitios, los justos, con posibilidad de entrar gratis. Me refiero en Cartagena.
Como viene siendo costumbre hasta que no estuve en los días previos la gente no estaba decidida a qué hacer. Es como una especie de moda en la que hay que pasar de hacer planes hasta que falten un par de días porque eso mola y dice lo importante que eres. Si bien las modas de las macro-fiestas con barra libre de garrafón y cena fría de saladitos y napolitanas revenidas parece que ya han dado un fuerte bajón por esta zona, la de salir de bares ha subido bastante. La de irse a una casa a pasar toda la noche sin embargo ha desaparecido totalmente de los planes de la gente que conozco. No conozco a nadie que se haya ido esta Nochevieja ni la anterior a una casa.
Yo este año repetí plan. Una repetición de las de buena precisión —no confundir con exactitud. Mis amigos y yo tuvimos claro desde hace bastante tiempo que saldríamos de bares y luego que fuera lo que Dios quisiera. Lo de los bares claro está tiene un precio que varía según si haces botelleo completo, si sólo llevas alcohol y al del bar le compras el refresco o si vas a pedir el cubalibre completo al del bar. Así que según el grado de frío que cada uno tuvo pues se pasó la noche de palique en la puerta de los bares o dentro cogiendo olor a zorrera. Hasta ahí bien, lo que todo quisqui que conozco hizo. Lo que cuentan que se ha hecho de toda la vida. Pero a partir de ahí ya la cosa la sociedad se segregó.
Unos se fueron para un pub a pagar creo que 11 € por entrar con derecho a una copa, otros tiramos hacia otro por 10 € con las mismas condiciones aunque mejor música 😎 , otros a su casa como ya me tienen acostumbrado, y lo raro es que ningunos se fueran a la discoteca de moda de la ciudad a pagar creo que 25 € por entrar con derecho a no sé qué consumición/es. Y es que el año pasado aún había pubs a los que ir una vez cerrados los bares y sin pagar entrada, pero este año eso ha sido otra de esas curiosidades que se ha convertido en una moda casi casi generalizada.
Los ha habido con entrada de 10 € por una copa hasta de 22 € por dos copas. Y no era eso lo más gracioso. Es que incluso alguien se debió dedicar a meter en boca de la gente los típicos correveidiles de que tal sitio había vendido muy pocas entradas, otro no tenía licencia, otro cerraría pronto,.. Una infinidad de rumores entre los que el más curioso fue el de que en el pub de los 22 € por dos copas habían vendido mil entradas. ¡Mil entradas para un sitio donde no caben mil personas! Dejando al margen ya lo de que una vez que pagas 22 € por entrar a un sitio no te vas a ir encima al rato a otro, y menos con lo de que cobraban en todos —hablo de pubs, no bares.
De los que empezamos la noche sólo acabamos otro y yo en el sitio de los 10 €, aunque por suerte tanto de camino como ya en el sitio nos encontramos con gente conocida. Ya se sabe eso de que cuando vas de fiesta todos son amigos y te dicen lo de «lo que te haga falta», pero con los que me fui encontraron eran de los buenos. Y al final, llegado el momento de comenzar la recogida yendo a comernos unos churros con chocolate sólo quedamos tres. Que no hubo suerte con la primera churrería, que parecía que regalaran caramelos, pero esto ya es quejarse por quejarse. 😆
Así que al final otra Nochevieja más, otro año más que acabamos de comenzar y los de algunos pubs y churrerías con algo más de dinero que antes. ¡Feliz año nuevo!