El asunto de la cesión de competencias a las Comunidades Autónomas tiene también sus pegas. Por ejemplo el hecho de la creación de cotos cerrados para determinadas plazas de empleo. Pero claro está que esto si se hace pues es de una manera… Digamos que sutil. Y el caso que voy a describir es real, como tantos otros que se estarán dando de manera similar, pero que la gente no denuncia por miedo a las represalias y una marginación de por vida en el sector del miniestado al que se aspira.
Pongamos un tribunal de oposición. Para unas plazas de algo, de una especialidad de medicina por ejemplo. Lo normal, desde mi punto de vista, sería que dicho tribunal lo constituyesen sabios de la materia pero a la vez con ninguna vinculación —al menos de manera obvia— con los aspirantes. Por ejemplo un catedrático venido desde Galicia, un jefe de servicio desde Valencia y otro jefe de lo mismo desde Las Canarias. Pero en la realidad de las Comunidades Autónomas eso apenas sucede, pues forman el tribunal, en este ejemplo, el catedrático de esa especialidad de la única universidad pública de la taifa en cuestión y un par de jefes de servicio de hospitales del mismo coto cerrado, claro está. ¿Quienes parece que serán los favoritos a aspirar a esas plazas? ¡Qué mal pensados sois! 🙄
Hasta ahí me parece todo pasable. Pero cuando a las plazas se presentan personas que trabajan a diario con esos jefes de servicio y algunos hasta también antiguos alumnos del catedrático, ya el punto de vista crítico sufre tentaciones de cambiar. Pero bueno, sigues tratando de pensar bien. Sin embargo cuando además en el examen aparecen una serie de preguntas enunciadas de una manera incorrecta, que no se entienden, y que sin deberlo pueden tener más de una respuesta, y son impugnadas, y al único que perjudica la resolución de dicha impugnación es por ejemplo al que tenía, y a pesar de ello sigue teniendo, la mejor nota del examen y es compañero currante de uno de esos miembros del tribunal en su servicio médico a diario…
Cada cual hará sus conclusiones. Yo también preferiría a mi discípulo favorito. Y así es la vida. Llena de casualidades. Unas veces azarosas y otras bien buscadas. 🙄