¡Que gran decepción! Voy a tomarme un momento un Prozac y ahora vuelvo, que estoy sintiendo desplomado por segundos el sentido de mi vida.
Ya está, menos mal, estaba empezando a creer que un cuchillo podía ser el mejor amigo de mis venas. Dejando ya al margen el tema Prozac -ojalá estos medicamentos no fueran necesarios-, de rebote me he enterado de que Sardá ha rehusado la invitación para acudir a Buenafuente. Andreu -entre progres tenemos confianza- se ha indignado enormemente. Menos mal que tienen esa campaña de «¿Mereces una entrevista?» —EDITO: desapareció la entrada de Bf—. Yo me quería apuntar pero desde que he visto que Sardá no quiere ir -el que no quiere ir lo dice Andreu Buenafuente en su entrada, no me lo invento 😛 – yo ya tampoco quiero, ¡no podría aspirar a sentarme donde se haya sentado Sardá!
Es una verdadera lástima para el mundo progre. Uno con sus chistes y sus inventos sacaperras -ChikiCuartos, ejem, quise decir ChikiChiki-, su campaña de que no se marque la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta que después disimuló con que se marcara la otra casilla sin decir ya nada de la Iglesia. Y otro que hasta a los niños tiene que tratar de meterles ideas políticas desde que su «programa» se acabó, con una postura de izquierdas muy particular. Seguro que tienen donada toda su fortuna para bienes y causas sociales que ayuden a progresar al país y sacar a gente de la miseria.