Ayer un hostelero vasco decidió emprenderla a mazazos contra la máquina expendedora de tabaco de su negocio. Las razones que argumentó para jubilar con esos modales a su fiel máquina después de un servicio de unos veinte años fueron para protestar por la ley contra el tabaco, tan famosa estos días.
La manera de protestar no deja de ser curiosa, pues al principio pensó en arrojarla a un pantano pero por miedo a los ecologistas optó por la maza. Pero está claro que ha logrado llamar la atención y que la gente se entere del negocio que hace el Estado con la venta del tabaco. En otra versión de la noticia —porque ahora cualquier cosa ya lo es— explica el protagonista esto último.
Enlace al vídeo @ videosdeprimera.es