En la edición digital del diario La Verdad me ha sorprendido hoy una mininoticia relacionada con la presencia del Halcón Peregrino en «la punta de Aguilones», al Sur de la Dársena de Escombreras. No por la presencia de halcones, puesto que es frecuente que estas aves nos sorprendan resistiendo en emplazamientos cercanos a ciudades y/o industrias, entre otros, dada su distribución cosmopolita, sino por la cantidad de nidos —cuatro— en una localización que no da en principio para tanto por sus dimensiones. En la noticia sólo citan las declaraciones de alguien que por lo que intuyo es partidario de la infraestructura portuaria de Escombreras. En lo último no me voy a meter pero en los datos que se dice sí.
Según escribió Félix Rodríguez de la Fuente en su libro El Arte de la Cetrería sobre la biología del Halcón Peregrino, página 41 de la segunda edición:
En estas áreas, dominadas por una pareja sedentaria, no puede instalarse ningún otro congénere, bien sea para aposentarse o para cazar. Su extensión suele estar determinada por la abundancia de caza. Si el terreno es favorable y las presas abundan, pueden localizarse de uno a tres kilómetros de distancia. En regiones menos afortunadas, llega hasta los cinco o muchísimos más.
Y como del bolsillo de todos se paga el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, que pone a nuestra disposición el SIGPAC, he buscado lo que en la noticia llaman «la punta de Aguilones» y calculado con las herramientas de dicha aplicación web sus dimensiones. Todo ello confiando en que funcionen bien las medidas.
Busco en el mapa el lugar donde aproximadamente está la Fortificación de la Batería de Aguilones, trazo un área de por ejemplo radio de unos dos kilómetros y amento para estimar hasta donde llegarían las fronteras de un solo nido de baharíes —halcones peregrinos mediterráneos, marinos. Una distancia intermedia de un lugar donde se supone que abundan presas.
Quizás he sido demasiado generoso, o quizás riguroso. Así que trazo un círculo de algo menos de un kilómetro por la misma zona de antes. La distancia mínima según Rodríguez de la Fuente en una zona con abundantes presas. Parece el caso más ideal y las dimensiones se asemejan más a las reales de Los Aguilones.
Pero por si en este lugar de costa cada pareja de halcones no se preocupa tanto de la distancia en cualquier dirección de sus semejantes que le puedan robar su caza, sino que sólo la mira de Este a Oeste, pruebo trazando una línea de casi cuatro kilómetros, y quizás me he ido algo lejos para lo que en el mapa titulan Los Aguilones. Además a la «punta de Aguilones» es como le suelen llamar al extremo de la Sierra de la Fausilla y la línea la he acercado bastante a lo que parece el centro de dicha sierra. Esta distancia ya se asemejaría más al caso de una zona sin abundancia de presas, pero dista demasiado de lo que es la Punta de Aguilones.
Compartidas las cuentas, comparto también la deducción: algo no cuadra aquí, siempre y cuando ni el SIGPAC ni lo descrito por el genial Rodríguez de la Fuente esté mal, que nada es imposible.
En la Sierra de la Fausilla [regmurcia.com] están, además del Halcón Peregrino, el Águila-azor Perdicera, el Búho Real y el Cernícalo Vulgar como competidores más directos en la alimentación del halcón. Además del hecho de que entre ellos se pueden llegar a cazar, como un cetrero por Extremadura al que un águila espontánea dejó de repente sin halcón pudo comprobar, según cuentan. Dicha Sierra tiene su extensión, totalmente conforme. Pero es que en las declaraciones que recoge el periódico se habla concretamente de la Punta de Aguilones, el extremo como ya he mencionado.
En la naturaleza salvaje hay muchos más animales de los que somos capaces de ver. Muchos nos sienten a cientos de metros o incluso kilómetros y salen echando leches. En la noticia se habla de cuatro nidos de halcones, es decir, cuatro parejas en la Punta de Aguilones, que si el SIGPAC no me ha engañado no tiene ni dos kilómetros de extensión.
¿Cómo está entonces ese lugar para que en menos de dos kilómetros convivan hasta, que no sabemos si más, cuatro parejas de halcones peregrinos? ¿tanta abundancia de presas hay que ni tocan a kilómetro por pareja? ¿se saben apañar todos, y alguna perdicera o búho que haya, con las gaviotas tan peligrosas de cazar —como hace años me dijo el cetrero de la Academia General del Aire? ¿van los de la Ensenada de Escombreras a soltar conejos, palomas y ratones cada día? ¿quien haya contado los nidos ha visto a cada pareja criando o sólo se ha fijado en acantilados que tengan cuatro manchas blancas de guano?
De pequeño siempre me han dicho que nada es imposible salvo que algún día nos moriremos, pero lo de esta cantidad de halcones en un espacio tan chico e intuyo que sin un exceso de presas para ello, al menos si se compara con como suele ser en el resto de la Península, es sin duda un caso extraño. Si alguien sabe sobre este asunto encantado aceptaré su explicación y si hasta es preciso rectificaré. Errar es humano. 😳
Imagen → Flickr de teliko82.
Estimad@ Dayer,
Interesante publicación.
Comentarte un par de datos : abundan palomas y tórtolas, en buena parte por descarga de barcos de cereal y posterior carga en camiones para su transporte, tal vez esto pudiese facilitar sustento a tal cantidad de rapaces.
En http://www.murcianatural.carm.es puedes ver en el formulario de ZEPA ( y en el de LIC ) que indican 2 pax de peregrino para toda la ZEPA, luego posiblemente sean esas 2 y no 4.
De todos modos han de ser muy abundantes las presas porque indican en dicho formulario 2 pax de bubo bubo, 1 de aquila chrysaetos y otra de hieraetus fasciatus.
Además indica presencia de accipiter gentilis, hieraetus pennatus y buteo buteo.
Vamos, que me voy a marcar una excursión este mes de Septiembre una vez refresque y no hay riesgo de incendio ya ue por desgracia, esta Sierra parece demasiado predispuesta al fuego.
Saludos,
Juan Pedro Olivo
[email protected]
Gracias por su aportación. No obstante además de palomas y tórtolas se han visto casos de halcones que también se alimentan de gaviotas. Y estas últimas sí que abundan.
Un saludo.