El o la gran desconocido/a en las operaciones. Para muchos pacientes es como invisible, no lo llegan a ver pero deben saber que está ahí. Cuando alguien se opera, con frecuencia se le otorgan los méritos de la operación al cirujano, o incluso como en tantas películas y series se ve. Pero sin embargo entre los médicos la responsabilidad de que el paciente se mantenga estable en la operación es del anestesista.
El cirujano puede aplicar de una manera muy elegante la técnica aprendida, o improvisar si hay un imprevisto, por supuesto, e incluso en su riesgo está el cortar donde no debía y que se arme una hemorragia, pero mientras, el anestesista ha de ir controlando que el paciente mantenga estables las constantes vitales y actuar en caso de que estas se descontrolen aplicando los procedimientos y medicación necesarios. Por eso aunque mucha gente por comodidad prefiera operarse con anestesia general, los médicos suelen ser muy cautelosos al utilizarla y evitarla siempre que sea posible en favor de la anestesia local.
Además el trabajo del anestesista no termina en el quirófano. Lo que pasa que el cirujano sale nada más terminar la operación y parece que fuera el héroe, pero no ha sido cosa de él solo, al anestesista aún le queda su labor de reanimar al paciente para que despierte de la intervención y no se desestabilice. De hecho en la actualidad hacen falta más anestesistas que cirujanos generales, pero parece que a día de hoy ser cirujano sigue sonando a algo como más guay y meritorio que anestesista en cualquier círculo de conversación en el que no haya médicos. Cosas de la gente. En la página de la SEDAR hay mucha más información acerca de la anestesiología y sus especialistas.
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MUY BUENA DESCRIPCION DEL ANESTESIOLOGO-REANIMADOR.
UN SALUDO