Sigamos cargándonos la agricultura nacional y la de nuestra Región de Murcia, que poco nos falta ya para conseguirlo. Es triste, pero hoy en día cada vez parece que es mayor la cantidad de personas que se piensas que la fruta —como los melones y las naranjas— y la verdura —como el brócoli y las alcachofas—, con ejemplos para los más borregos, crece en las estanterías de los supermercados. Que los del supermercado tienen por ahí unos maceteros escondidos con plantas en las que por la noche crece el género.
Cada vez son más los agricultores que se quejan del elevado precio de los productos en las tiendas y la miseria que le pagan a ellos. ¿Cómo puede ser que gane menos quién más tiempo ha dedicado y mayor riesgo a asumido con la producción del producto?. Pues así van las cosas. Y es que ya no es cuestión de que un año puedan estar las patatas españolas tiradas de precio en el bancal porque salen después que la francesa y muchos confiaron en que este año tuvieran buena venta y plantaran muchas, sino que encima vamos a las grandes superficies como Carrefour —francesa por cierto— y nos encontramos que la patata que nos venden es la francesa, mientras aquí hay agricultores a los que les sale más caro recogerla que dejar que se pierda y avisan a la gente para que quien quiera vaya y se coja patatas gratis. ¿Y la administración?. La administración, tanto regional como estatal, cruzada de brazos con respecto tanto a la invasión de productos de este sector que vienen de fuera como de que haya tantos intermediarios de por medio que encarecen enormemente el precio del producto hasta que llega a las manos del consumidor. Pero menos mal que aunque sea lentamente, los agricultores, que no son tontos frente a lo que se viene pensando típicamente de la gente de campo, ya van inventándose soluciones como vender por Internet.
Más ecologistas que los agricultores no hay nadie, porque ellos son los primeros interesados en que no falte agua ni se pierda ni gota de ella, habiéndolos incluso algunos que cuando van quitando hierba se la quitan también al de al lado aunque no sea suyo. Por no hablar ya de que el ir de viaje y ver campos de melones, lechugas, cebada, algodón, naranjos, etcétera forma parte del paisaje, más agradable de ver que un campo lleno de cardos y salaos. Y todo sin olvidarse de que por mucha crisis que haya, como en la situación que estamos ahora, la gente siempre necesitará comer, que no es un sector basado en la venta de productos de lujo aunque los intermediarios así quieran que parezca a veces.
Imagen → Naturaleza de Lentiscar [Región de Murcia digital]