De la madrugada del sábado al domingo hasta la noche del lunes volvieron las lluvias por Cartagena, y con ello las inundaciones. Si bien es cierto que la Rambla de Benipila —gracias Vicky por hacer unas fotos y compartirlas 🙂 — no volvía a lucir así desde octubre de 2000, costando la vida a una mujer que nunca apareció, esta vez volvió a llevar un abundante caudal de agua y las inundaciones se sucedieron por toda la comarca del Campo de Cartagena y resto de la Región.
Por las ramblas es obvio que cuando llueve circulen torrentes de agua, para eso están. Pero lo que no es normal es que aún, a estas alturas en las que queremos presumir de ciudad peatonalizando calles, redistribuyendo otras como la Calle Real cambiando de lugar un carril de circulación porque sí y reduciendo las plazas de aparcamiento —que tenga negocio el de la Plaza del Par— o aumentando el tamaño de las aceras y quitando árboles por otras como Ángel Bruna que no registran nunca un caudal tan grande de personas que necesiten unas aceras tan anchas —jugada que suena a venganza por no dejar los vecinos que se hiciera un aparcamiento subterráneo—, sigamos padeciendo este tipo de inundaciones.
Mientras tanto el asunto de las canalizaciones de las ramblas va a paso de tortuga, como siempre. Vergonzoso. Durante años y años cuando por la de Benipila venía agua había que cortar la Carretera de Tentegorra a su paso por el Colegio de San Miguel y se bloqueaba la principal vía de comunicación con el Oeste de la ciudad. Tardaron pero al final se canalizó y se hizo un puente. Sin embargo aún quedan otras ramblas por canalizar y puentes por construir y las obras que se están llevando a cabo no convencen del todo, como cuentan en Socavron. Yo entiendo que mole mucho, quede muy guay, eso de dejar la ciudad hecha un pincel para los que entran a ella en cruceros desde el puerto, gastarse 740 000 euros en una estatua «el zulo» que varios ayuntamientos rechazaron antes que el nuestro y que parece el homenaje a un cagón aunque se suponga que es a las víctimas del terrorismo —la bandera española me parece estupenda—, pero habría que cuidar más a la gente que accede a la ciudad desde las otras zonas, que viven en ella también aunque sea a las afueras, que contribuyen al municipio con sus impuestos.
En fin, y a cuento de ver la rambla tan llena, que lástima que no fuera un río con agua todo el año, y bien canalizado y acondicionado por supuesto. Iban a darle mucho por saco a los adueñados del Tajo y del Ebro.
No conocía este blog, pero me pasaré asiduamente a visitarlo, ya que todo lo que sea dar a conocer al pueblo los problemas de la ciudad, y otros aspectos de la sociedad, son claramente bienvenidos. Un saludo muy grande, y seguid visitando el Socavron jeje.
Hola!, yo tampoco os conocía, pero he visto que no dejáis títere con cabeza jeje. Estaré atento a vuestro feed.
Un saludo 😉