El viaje a Londres

Ya he subido, por fin, unas cuantas fotos del viaje y unos videos -[lista de reproducción, si falla avisad]-. En realidad hice muchas más, pero las hay casi repetidas, otras en las que sale gente que no sé si tiene pánico de salir en Internet, o incluso algunas en las que sale casi de primer plano gente que ni conozco -esta gente que se cruza cuando haces la foto aunque pareciese no venir nadie-. Son 6 galerías, la primera y la última sobre todo bastante cortas, pero las demás ya son algo más extensas. No obstante hubo lugares en los que no dejaban hacer fotos.

El transcurso diario del viaje fue más o menos así:

  • Día 1: la ida en avión, 150 millones de turbulencias para aterrizar y al intento número taitantos llegada al aeropuerto de Gatwick, con pedazo de traslado hacia el hotel -una hora o más- porque el aeropuerto éste no estaba al laico de Londres. Después en el hotel corriendo a dejar las maletas, buscar algún sitio dónde comer que ya se nos había pasado la hora -tocó McDonald’s-, ganduleo en la habitación, luego paseito hacia Piccadilly Circus y vuelta para cenar. Muy curiosas las luces de Piccadilly, la de perras que tienen que costar las pantallas esas
  • Día 2: visitas obligadas y algunas porque además estaban cerca del hotel. Fuimos al British Museum -la de cosas que tienen estos ROBADAS, jeje-, National Gallery -no se podía hacer fotos, que para algo que no es robado…-, Trafalgar Square y Big Ben. Y ojito, lo de este día todo andando, que ya tendriamos tiempo de aburrirnos de andar y hacer amistad con el metro 🙂 La cena no recuerdo donde fue, la comida creo que en un Pizza Hut -que nos costó mucha paciencia y caminatas encontrar abiertos- y luego nos tomamos alguna copichuela en un Pub que tenía el propio hotel.
  • Día 3: un día para el protocolo, que fuimos a visitar a su Majestad la Reina Isabel II, con toma de contacto con el metro previamente, a ver si quería recibirnos en audiencia, pero no tuvimos suerte ni nos funcionó el enchufe con La Torres que decía que seguro que se ganaba la gracia de algún guardia :P. También algo religioso, pues fuimos a la Abadía de Westminster previo pago de entrada, como si fuera un circo o algo de eso.
  • Día 4: aquí mezclamos fútbol con religión y el paso de hambre por planificar mal. Por la mañana Miguel y yo tiramos para la para del metro que se llama «Arsenal», que claro llevaba cerca del estadio -Emirates Stadium- del Arsenal F.C. Allí hicimos una visita guiada que nada tiene que envidiarle a las de los estadios que tenemos en España, todo lo contrario, además con un hombre que hablaba un inglés que se entendía a la perfección. Incluso nos contó detalles curiosos del estadio, como que el suelo del vestuario local está forrado de una goma para que los jugadores no resbalen ni se lesionen, mientras el visitante no tiene este material. No éramos sólo nosotros en el grupo visitante, pero salvo un padre e hijo ingleses los otros eran un grupete de vascos, o sea españoles también. Pronto acabamos el paso por la visita futbolística -no vimos ningún partido porque salía un dineral según nos dijeron- y tomamos metro hacia la Catedral de St. Paul donde habíamos quedado con el resto de la gente. Por cierto que en este templo religioso también nos cobraron entrada, -así también mantengo yo muy bien los templos que tenemos en España-, y pudimos ver en lo alto del todo tras subir tropecientos escalones unas vistas de todo Londres. De hecho creo que es de las pocas catedrales que han sido acabadas aún en vida de su arquitecto y eso es algo que se nota bastante porque no hay partes desentonantes como en La Sagrada Familia.
  • Día 5: por el suroeste de Londres. Por la mañana estuvimos en el Museo de Historia Natural, un edificio muy bonito por cierto, porque parece una mezcla de caserón grande con castillo, y con algunas exposiciones muy detalladas y extensas como las de los dinosaurios, pero sobre todo me llamó la atención lo didáctico que es para ser un museo que en su hombre lleva incluida la palabra «Historia» 😮 Repleto de niños pequeños que iban en excursión con el cole, como pasó en el British Museum también. Después fuimos a comer a un KFC, que aunque aquí también los haya yo nunca había ido -teniendo tantos bares para qué vamos a ir a cosas de estas en España? -. Tras la comida tuvimos un momento dilema, porque la gente estimaba que Harrods cerraba sobre las 6 de la tarde, y que entonces si veiamos el Museo de la Ciencia entonces se haría tarde para Harrods. De los 7 sólo 2 parecía que tuvieramos interés en ver el museo, pero tras consultarle a un conductor de autobuses turísticos nos enteramos de que Harrods cerraba a las 8 y ya entonces si fuimos al Museo de la Ciencia, aunque a un ritmo demasiado rápido para lo que era aquello. No me esperaba que tuvieran un museo de este tipo tan amplio, con zonas sobre la agricultura, el tiempo, la aviación, las telecomunicaciones, náutica, medicina y otras cuantas que ya no me llamaban tanto la atención. La verdad que llego a saber cómo era y me habría ido a verlo todo una día 😳 Pero bueno, después de la acelerada visita al museo ya fuimos para Harrods, a ver los lujos que venden en estos grandes almacenes. Nada más llegar nos encontramos con que a los 7 de golpe no nos dejaban pasar y tuvimos que irnos a otra puerta y entrar de 2 en 2. Ya dentro pues mucha olor a ambientador, muchas etiquetas con precios disparatados, mucha gente mirando y poca comprando cosas,.. como pasa en cualquier otro rincón del mundo 😆 Lo más llamativo de Harrods los inflados precios que tenían en las bicicletas -por supuesto de Specialized para arriba-, y las camisetas firmadas por jugadores, que si eran de un sólo jugador valían en torno a 299 Libras, y si era del equipo entero creo que eran 699 Libras. Vamos que sale más barato comprarla aquí sin firmar e irse en avión a Londres a buscar en los entrenamientos a los jugadores
  • Día 6: este quizás fue el día que mejor comimos, porque no nos engañemos que como en España no se come en ningún lado. Fuimos a un Angus, que son parece que tipo Foster Hollywood, que por cierto de éstos últimos allí no vimos ninguno 🙄 La Carne no estaba mal, en su punto y eso, pero no es la ternera que tenemos aquí, aunque aquí tampoco te comes la ternera en el centro de Londres, como mucho en el de Madrid o Barcelona, o en tu casa :mrgreen: Después fuimos a ver algunas tiendas por Covent Garden, a cenar y a tomar unas copichuelas de despedida en el Pub del hotel.
  • Día 7: la despedida, la vuelta a casa, ¡a donde se come bien!. Estuvimos ultimando compras por Oxford Street y comimos en el mismo McDonald’s del primer día cuando llegamos. Luego traslado, con enorme atasco de todos los domingueros que sacaban el coche para pasearse, hasta Gatwick. Esta vez el avión ya si hizo el trayecto de manera normal, sin turbulencias al aterrizaje, aunque a La Torres le tocó al lado un inglés que decía que había estado en todas las guerras, aunque para tan machote que parecía se tomó varias cervezas y vinos, lo mismo le temía a los aviones 😛

Por supuesto hubo lugares que no recuerdo cuando pasamos por ellos, como Carnaville o la primera tarde que estuvimos por Covent Garden. En estos dos sitios había todo tipo de tiendas, muchas por ejemplo sólo de zapatillas y con una variedad enorme. También había una tienda sólo de fútbol además de las típicas franquicias de Zara, Hugo Boss, Rebook, Miss Sixty,..

También el día del Angus fuimos al Hard Rock Cafe de Londres, pero teníamos que esperar 45 minutos hasta que tuvieramos mesa libre y el estómago estaba ya retorciéndose. Ya habíamos ido alguna noche anterior y casi cenamos allí, pero para estar aún a mitad de la estancia y lo que servian nos parecía caro, mejor para el último día, aunque finalmente fuimos a un Angus.

Ah y sobre fiesta -no podía faltar este aspecto, jeje- pues no creo que esté nada mal Londres. Una pedazo ciudad con tantísima población, tantas tendencias y gustos… Pero lo más parecido de fiesta fue una noche que fuimos a un lugar llamado Tiger Tiger, un Pub con una musiquilla un poco rara, una especie de Funky-House, casi todos con temas de hace unos cuantos años y con gente de todo tipo, incluida una chica grandota bailando con un par de satélites chiquitines alrededor. Yo creo que si se descuidaba en algún movimiento de brazos podía darles en la cabeza y dejarlos sin conocimiento 😀 Lo bueno del sitio es que tenía unos 3 ambientes distintos, incluso uno de ellos era con música distinta basada en los 70 y 80. Raro es que Cuco cuando me ha visto después del viaje no me haya preguntado si pasé por Ministry of Sound de Londres

En definita un viaje para disfrutar, con una ciudad llena de mil y una cosas que mirar y chicas guapas por todos los rincones, como bien me advirtieron algunos, jeje. A ver si en un tiempo vuelvo a repetir destino de los viajes y me voy con una buena cuadrilla de elementos

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