Coplas en panocho nogaltino

Las coplas de amores, picarescas o a la suegra de Nogalte tienen un toque de la Región de Murcia. Pero estas en panocho son inconfundibles:

Cuatro cosas bien dichas
dice Vicente:
hespital, cerujano,
trempano y juente
y luego añide
que en la catedral
siempre pedrica un flaire.

 

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Coplas picarescas de Nogalte (ii)

Y enlazando con las anteriores picarescas y aprovechando que es San Valentín, aquí van otras:

Desde que te fuiste, Pepe,
el huerto no se ha regao
la hierbabuena no crece
y el perejil se ha secado.

 

Una vieja de cien años
y un viejo de ciento trece.
Le dice el viejo a la vieja:
«Todavía se me estremece».

 

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Coplas picarescas de Nogalte (i)

Y si en Nogalte hay coplas sobre la suegra, es porque tampoco faltan las picarescas:

A mi no me gustan las viejas
que tengan la barriga arrugá,
pero si tiene pesetas
échamelas para acá.

 

Margaritilla preciosa
me dio un anillo,
yo me lo puse
en el dedo «margaritillo».

 

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Coplas de la suegra de Nogalte

Del mismo cuaderno sobre las coplas de amores de Nogalte, toca también el tema de la suegra. Yo como no la tengo allá que las comparto sin temor a ningún sartenazo.

Tiene mi suegra un diente
y con él me muerde.
Mala pedrá le peguen,
que se lo quiebren.

 

Mi suegra me quiere mucho
y yo la quiero a ella;
ella, que me parta un rayo,
y yo, que la parta a ella.

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Coplas de amores de Nogalte (3)

Más de dos años hace que volví a compartir unas coplas más de amores de Nogalte. Más de tres años de las primeras. Aquí van unas más:

Eres más hermosa, niña,
que la nieve en el desierto,
la rosita en el rosal,
la manzanilla en el huerto.

 

Asómate a la ventana
cara de limón florido,
y échale la bendición
al que ha de ser tu marido.

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Coplas de amores de Nogalte (2)

¡Cómo pasa el tiempo! Hace hoy justo siete meses que transcribí aquí unas coplas de amores de Nogalte, una pedanía de Lorca, y prometo que me he acordado de poner otras pocas hoy de casualidad. Algo han cambiado las cosas y los tiempos, incluso desde esos meses hasta hoy, pero estas coplas creo que pronto seguirán teniendo a quien su cantar dar sentido.

Yo tiré un limón p’arriba,
en tu puerta se paró;
hasta los limones saben
que nos queremos los dos.

-Dame la mano, niña,
por la gatera;
-Si yo fuera una gata
las dos te diera.

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