Donde acaba tu libertad

Empieza la mía. En ese preciso sitio es donde acaba tu libertad. Porque lo digo yo. Y me da igual si lo dictamina un juez —mangoneado o no por el poder político—, un mediador, el patriarca o incluso mi santa madre.

Si mañana te coloco en la portada de alguna revista en cueros y dándole al fornicio con tu señora, que sepas que estoy en mi derecho de la libertad de dibujar y publicar.

Si convoco a unos periodistas —imprescindible que lleven cámaras— y le meto fuego a tus fotos y grito muerte a tu nombre completo, que sepas que estoy en mi derecho de la libertad de uso del mechero.

Si vas por la calle y te lanzo unas tartas, o si te llamo de madrugada amenazándote o si te bombardeo el móvil con injurias —siempre y cuando no seas mujer— que sepas que estoy en mi derecho de la libertad de gastar bromas.

Si se te ocurre reaccionar a los tartazos y me atacas las partes nobles con la punta de los tacones, que sepas que estoy en mi derecho de la libertad de pedir que te apliquen el garrote vil en público porque has puesto en peligro mi futuro como padre.

Si […] (continuar leyendo)

Foto del paripé de la seguridad de RENFE

Los otros días me acordé de lo que escribí hace un tiempo sobre este paripé que hace RENFE para la seguridad en los viajes, según la clase de viajero que seas, claro está —precio del billete. En la estación de Cartagena, por ejemplo, si te vas a Valencia en un Talgo de diez años te pasan la maleta por un escáner y que nadie se acerque a despedirte a la vía; pero si te vas en un regional exprés de un par de décadas estás de suerte chato/a, porque puedes meter lo que quieras y el novio/a te va a poder estar dando besitos hasta la misma puerta del vagón, o hasta subirse si quiere y darse un paseo por el tren.

Ya sabéis. Siempre hubo clases, y ahora RENFE nos lo recuerda con su peculiar seguridad.

El peligro de ir con la idea fija: Willy Toledo

Mi amigo José ha sido mucho más breve que yo, y es que muchas veces es mejor callarse a arriesgarse a decir necedades, debieron de decirle en su día a este actor con nombre guiri. Pero por lo visto ayer no se lo dijeron o no lo quiso escuchar. Es normal que haya gente que va con la idea fija sobre la política, sobre todo en este país, que por eso tenemos el sistema que tenemos. Y tratar de defender la razón de ser de estados totalitarios que privan de libertad a la población porque sí me parece lamentable.

Ha logrado, o al menos intentado, hacernos pensar a los demás que Orlando Zapata estaba preso por ser un delincuente. Imagino que con delincuente no se referirá a quien piense diferente al gobierno porque si no él tendría que haber estado preso las dos legislaturas del Partido Popular, aunque del clan titiritero ya no me sorprende nada. RTVE lo tituló como «preso político», pero el señor Willy intuyo que tendrá sus propias fuentes en La Habana que sin duda le habrán informado con otra versión.

Pero supongamos que este titiritero tiene razón. Que el fallecido era un delincuente como todos los demás que se hacen llamar disidentes para buscar amparo de la comunidad internacional. Me gustaría entonces verlo hablar sobre que Cuba no permita salir del país porque sí al cubano que le dé la gana. O sobre que según qué zonas de la isla las reserven para turistas y no permitan a los propios cubanos acceder a ellas. O sobre por qué habrá tantos cubanos que quieren irse de allí aunque tengan que dejar atrás familia y demás seres queridos. O por qué cuando un turista llega allí se le ofrecen las mujeres a lo que sea a cambio de dinero, niñas inclusive, llegando a veces a pelearse entre ellas por ser la compañera de placer del turista. O por qué se expulsa de las universidades a quienes no comulgan con las ideas del régimen. O por qué hasta hace poco salvo autorización del gobierno no podían tener móviles propios los cubanos pero sí los extranjeros, o no podían alojarse en hoteles. Y no es ficción, yo lo sé por amigos directos que han ido allí y han visto la miseria que hay. Y prueba de lo que pasaba con los móviles, hoteles y no sé si aún seguirá pasando lo de tener que comprar algunos productos hechos en cuba con dólares, son unas llamadas que un cubano hizo a comerciales.

Es curioso lo de alguna gente, que ve bien o mal las dictaduras según del color que sean. Comunistas de pacotilla les llamé hace tiempo. Hipocresía pura y dura.