Hace más de un mes desde el anuncio de la finalización de las obras por parte de los responsables del Museo del Teatro Romano. Hoy he escuchado en la radio una entrevista con uno de los miembros del Patronato de la Fundación Teatro Romano de Cartagena, en la que decía que estaba todo acabado, esperando a que pudiera venir algún miembro de la Familia Real a inaugurarlo aunque ellos estaban pensándose seriamente el abrirlo ya y que la realeza venga cuando pueda -me parece bien-. También ha informado de que las entradas tendrán un precio de unos cinco euros y que habrá descuentos para familias, grupos, tercera edad,.. Como ahora ya somos muy modernos estoy por quedar con los amigos para ir a verlo y llevarnos a alguno de mis primos chicos para decir que somos sus padres, que nos den entrada familiar 😀

Desde que hallaron el Teatro hasta ahora van lentas las obras, aunque ya hace tiempo que se pueden visitar las obras aún no está finalizada su restauración. Y es que son muchas las personas que han manifestado lo bueno que sería rehabilitarlo de manera que se puedan hacer diversos actos, como espectáculos y festivales.

Sin embargo aún quedan muchos otros lugares de la ciudad por terminar de descubrir, como es el caso del Anfiteatro Romano, que está bajo la Plaza de Toros y muchos turistas no logran encontrar fácilmente. Un ejemplo es que ya son varias las ocasiones en las que turistas pululando por el aparcamiento del Campus de la Muralla me han preguntando al cruzarme con ellos por donde se encuentra el anfiteatro, porque además fuera de la Plaza de Toros no pone nada que lo indique. Lo único que se puede ver de anfiteatro desde fuera son unas piedras por una zona donde asoman los cimientos.

De hecho muchas son las personas de fuera que han venido a la ciudad y tras estar viviendo aquí unos años me han manifestado su duda de por qué la ciudad no explota toda la arqueología que tiene. Pero como siempre cuando uno tiene mucho de algo se acostumbra a ello. Por eso hay ciudades que tienen un roal pequeño con cuatro piedras fenicias y tratan de difundirlo y explotarlo todo lo posible, y aquí sin embargo ocurre al revés, que se teme a descubrir porque si no a uno se le fastidia la obra que estuviera promoviendo en los terrenos del hallazgo. Y no queda ahí todo, porque hasta hace no mucho, si alguien estaba excavando en un solar para los cimentos de la construcción y aparecía, por ejemplo, una casa romana -como le ocurriió a la CAM con la Casa de la Fortuna-, el Ayuntamiento te obligaba a modificar la construcción de manera que el descubrimiento quedase habilitado al público para que fuera visitable, corriendo por supuesto los gastos a costa del contribuyente. Vamos, que vulgarmente hablando, era una putada si te ponías a edificar y aparecía un yacimiento. Ahora menos mal que parece que en esas cosas la entidad pública paga los costes -no estoy seguro al 100%-.