El profanador de tumbas

En la localidad de La Carolina aún hay quien cuenta la historia de un conocido vecino cuyo nombre mejor no continuar publicitando, pero con una historia que no tiene desperdicio.

En otros tiempos era costumbre enterrar a los difuntos con todas las joyas y alhajas. No faltaban tampoco por aquel entonces los ladronzuelos que se aprovechaban del descuido y qué mejor víctima que quien no puede defenderse. Los muertos. Así que de vez en cuando el protagonista de esta historia le daba vuelta al cementerio de La Carolina, de su localidad, en busca de algún nuevo objetivo. Una, dos, tres noches. Pero como todo lo gratis y fácil nos gusta, el individuo continuó haciendo de las suyas sin darse cuenta de que alguien ya se estaba coscando del asunto.

Efectivamente, […] (continuar leyendo)

Combinar múltiples imágenes con ImageMagick

En ocasiones puede hacer falta la típica composición de imágenes, una al lado de otra, de m x n celdas. Para eso el comando montage de ImageMagick viene de perlas:

montage -mode concatenate -tile mxn <archivos de entrada> <nombre de salida>

Donde m es el número de columnas y n de filas.

Fuente → Combine multiple images using ImageMagick [superuser.com].

«¡Ahí tendrías que estar tú!»

Los otros días estaba mi abuela maniobrando en el aparcamiento del cementerio con su coche. La que espero que Dios me guarde muchos años aunque algún hijo de mil padres le deseó lo peor que le puede pasar a una persona.

Ella conduce como muchas jovenzuelas de ahora no sabrán conducir jamás. No importa el coche del que se trate, si lleva tacones, si llueve. Aparca donde sea preciso y conduce marcha atrás por callejones los metros que hagan falta. Todo con la educación y paciencia que estoy seguro que el borrego con el que se encontró carece. Porque hace unos días cometió el error de estar aparcando el coche en unas fechas tan señaladas en los campos santos y hacer esperar al típico conductor español y como no varón. Tantos segundos tuvo que desesperarse el individuo, que al pasar le gritó a la conductora, a mi abuela, «¡ahí tendrías que estar tú!» y señalando hacia el interior del cementerio.

Luego la sociedad se extraña de las cosas que pasan. Hay que dar gracias a lo que cada cual crea porque no ocurren más desgracias con la de subnormales que hay sueltos y porque mi abuela no lleve una pija de toro a mano con la que haberle dado a ese en el lomo.