Hacía pocos días que había tenido lugar uno de aquellos Creamfields Andalucía que se celebraban en Villaricos. Concretamente era martes, cuando en el Ayuntamiento de Cuevas de Almanzora descolgaron el teléfono con una madre preocupada al otro lado del altavoz. Preguntaba por su hijo, del que sabía que se había ido al festival que era el sábado en Villaricos y no había vuelto a tener noticia. Ya a martes era lógico la preocupación de la señora.
La policía local se puso en marcha buscando al chaval desaparecido. ¿Cómo encontrarlo? Pues megáfono en mano se fueron recorriendo todas las raves posteriores al festival que encontraron. Por ninguna iban teniendo idea de quién sería fulanito de tal. Hasta que en una alguien dijo que le sonaba y a lo lejos se alzó un perla para indicar que era él.
El individuo al principio no atendió a muchas razones y no quería llamar a su madre para contarle que estaba bien. Tras mucho insistirle se consiguió que hablara con ella. ¿Y por qué de esta actitud? Porque según se supo, había ligado en el festival y por lo visto llevaba mucho tiempo falto de mujer, que se diría él mismo de aquí no me saca nadie.