Diario de Navidad (i)

Me despierto a no sé ni qué hora. Mi reloj digital sustituto desde hace casi un año del de agujas al que sigo sin buscarle correa marca las 1231. El tren a las 1629 en Chamartín. Me sobra tiempo. Para el sablazo de billete en primera —y enfrentado— que he encontrado más me vale no perderlo. Quiero salir por Cartagena. En un parpadeo intento hacer memoria de lo que ha sido la semana. Combinando trabajo con planes cada tarde-noche de despedida navideña no he estado con la almohada más de cinco horas ninguna noche. Noches variadas y diferentes. Cenas modernas y tradicionales, concierto de jazz en El Junco, copas de caballeros en el café del Príncipe, risas con señoras por Malasaña, más cafés por Malasaña, comidas. Necesitaba darme una noche y esa fue ayer —viernes 21.

El reloj muestra ahora las 1245. El tiempo está empezando a volar. Respingo de la cama. Desayunar, ordenar, elegir qué se viene y qué se queda —estos vienen [0]—, limpiar, comer, revisar que no se olvide nada conectado innecesariamente. Las 1556. El tiempo ha volado inexplicablemente. El taxista se lía maniobrando pero consigue dejarme en Chamartín en tiempo récord. Las 1624 mientras me sellan el billete al lado del tren. Date prisa que me cierran las puertas a las 1627. Busco el coche 2. Locomotora, 3, 4, 1 —¡pero esto qué es!— y entonces encuentro el 2. Va en composición doble con 19 coches y para no variar con los vagones desordenados. No cabe un alfiler pero hay suerte, nadie enfrente de momento… hasta Atocha, y hasta Murcia del Carmen que viene el caballero. Le pego una buena lectura a Misión olvido de María Dueñas y una frase me emociona como cada Miércoles Santo[1]. Salimos con retraso pero llegamos a las 2135 a Cartagena. «On time!» —que diría Airín. Mucha gente siendo recibida con abrazos y besos a diferencia de Chamartín los domingos noche, que parece el cortejo de un funeral. Le escribo a Fran que ha llegado de Montreal vía Dios sabe qué y tren de los indios un día antes, a ver si quiere paseo y cae mensaje del grupo de la universidad, que van a cenar. Fran está reventado… ¡viejales! Bueno, ahora me incorporo para convidarme con los telemáticos. Mua, mua familia. Tres con la madre como buena tradición helvética. Ya estoy fuera otra vez. Como era de esperar de los cuatro luego sólo dos queremos seguir tomando algo y sólo yo hasta la hora que se haga. Creo que será una noche breve entonces. Buen gentío en la calle del Aire. Ha sido el sorteo del Gordo y alguien estará contento por la lotería. A todo esto custodio cuatro décimos compartidos y no tengo ni idea del resultado. Le enseño a Andrés el local La Catedral, que no lo conocía ni la aljibe de la entrada tampoco [2]. Me encuentro a un profesor enrollado que no veía hacía años y hasta a una twittera que me parece reconocer de lejos. Le escribo y es ella pero luego no vuelvo a verla para oírle la voz. «Bueno dayer yo me voy» me dice Andrés. Bueno vale, Fran me ha dicho que mañana sale aunque sea un rato —ha sido sábado 22.

[0] estos vienen

[0] estos vienen

[1] una frase me emociona como cada Miércoles Santo

[1] una frase me emociona como cada Miércoles Santo

[2] la aljibe de la entrada

[2] la aljibe de la entrada

Nada como el colchón de mi cama de anca mis padres pero falta poco para comer. Un vasico de leche en honor a la sorpresa de la noche anterior [3] y felicitar la Navidad de parte de nuestro divino calvo [4] Inexplicablemente, la tarde pasa en un pispás y en nada es de noche. De camino a lo que fuera la Calle de los pijos recuerdo lo que es una relentada en condiciones [5]. Abrazo de grandes amigos con Fran desde aquel mítico intercambio a Francia allá por 1997. Este bar no que tal, el otro no que cual. El Trastero nos vale y luego la Cuesta de la Baronesa. Chin-chin por $#@*)&! y porque hace un año todo nos era distinto pero ahí seguimos [6]. Vuelvo a encontrarme con gente que conozco aunque se nota que es domingo. De vuelta para casa, que con la bruma me quiero convertir en El príncipe de las tinieblas que interpretó Christopher Lee [7]. Además, mañana es Nochebuena —ha sido domingo 23.

[3] vasico de leche en honor a la sorpresa de la noche anterior

[3] vasico de leche en honor a la sorpresa de la noche anterior

[4] felicitar la Navidad de parte de nuestro divino calvo

[4] felicitar la Navidad de parte de nuestro divino calvo

[5] una relentada en condiciones

[5] una relentada en condiciones

[6] Chin-chin por ...

[6] Chin-chin por …

[7] que con la bruma me quiero convertir en El príncipe de las tinieblas

[7] que con la bruma me quiero convertir en El príncipe de las tinieblas

Me despiertan los coches venga a pasar y pasar y los taconeos de alguna con prisas. Ya es casi la hora de comer. Una vez comido la máquina de idear plan para la noche se pone en marcha. Este año la cena toca en Balsicas. Me alegro mucho de ver que la Unidad de Quemados del Virgen de la Arrixaca ha hecho un trabajo impecable. Primer atracón dentro de la Navidad oficialmente con polvorones inclusive, como este de vino [8]. Misa del gallo. Aprovechando las obras me doy un paseo hasta la base del campanario donde en otros tiempos todos mis tíos tocaron las campanas llamados por el bueno de don Andrés Cánovas. DEP un cura como pocos hay. Vuelta para Cartagena. Por el camino hago una propuesta repentina y un poco disparatada, pero la niebla bestial que hay en la carretera me quita cualquier idea de volver a conducir. Correspondiente enfado de la otra parte. Encuentro a los chavales en la misma esquina de siempre en Príncipe de Asturias. He probado matarratas con mejor sabor que ese Capitán Morgan de a saber dónde. Se lo perdono al comprador porque no lo veo desde antes de su luna de miel. Le miro el anillo y dice «el anillo único; un anillo para que sólo una te controle y te ate a las tinieblas» [9]. La botella del maldito ron no se acaba pero Juan se cansa y quiere irse como siempre, como «huevos lentos» que le decimos. Otros le imitan en el comportamiento pero Andrés y yo volvemos a resistir y tiramos a la calle del Aire. Saludo a Fran y me promete buscarme en un rato. Veo también a Paco «el leñador» y por supuesto a Miguel y el Vivancos con las respectivas. Viene Fran. Abrazo con Miguel mientras los tres recordamos aquellos el pasado agosto en Montreal para envidia de algunos y rabia de una novia. Le preguntamos a la celosa por las amigas pero no hay novedad en el frente, como siempre. Andrés se ablanda y se va. Fran y yo nos quedamos de jarana entre una gente y otra. Buscamos a unos conocidos y a otros y de bar en bar. Acabamos en la puerta de El Telar. Cinco minutos para que cierren y cuando vamos a reaccionar ya han cerrado. Son las 0605 y como el perla ha venido de viaje relámpago a España vamos a despedirnos con churros y chocolate. Ha estado bien por hoy —lunes 24.

[8] polvorones inclusive, como este de vino

[8] polvorones inclusive, como este de vino

[9] «el anillo único; un anillo para que sólo una te controle y te ate a las tinieblas»

[9] «el anillo único; un anillo para que sólo una te controle y te ate a las tinieblas»

«Niño levanta» y el niño mira el reloj y marca las 1306. Se ayuda a la familia a prepararlo todo, que hoy somos anfitriones. A excepción del que viene de Colorado estamos todos los primos. Otra comilona. Sobremesa planificando el lugar para ir a tomar un buen asiático. Un compañero del trabajo nos escribe al grupo con que hay problemas y de camino a los bares echo mano de un ordenador cercano y le echamos un cable avances123 y yo. Me ha parecido una buena manera de demostrar el espíritu navideño. Ha sido un buen día de Navidad y no hay plan fiestero —martes 25.

Me doy un homenaje y no hago nada. Veo Bandolera y El Secreto de Puente Viejo, de donde extraigo que la bandolera Sara sigue como siempre flirteando con varios, como al principio de la serie. El descubrimiento del día de ganduleo total es la Funjamon [10] y me parece que el viernes puede hacer un buen día para escalar —miércoles 26.

[10] Funjamon

[10] Funjamon

Para arriba. La pasada Hirlam de las 00 de la noche dice que el viernes hará bueno en Sierra Espuña. Hablo con mi mentor en la vida serrana para confirmarle el plan. Me espero a que esté la pasada Hirlam del mediodía para saber si al menos mañana amanecerá bien. ¡Genial! Unos bombones para celebrarlo [11] y carretera y disco de éxitos de The Prodigy. Al llegar, nada como unas mandarinas que por Totana llaman chinas [12] con cuarenta huesos por pieza mientras planeamos la mañana siguiente. Cambiamos plan a Peña Apartada por Peña Soleada. Llegar será más pesado pero tiene mejores vistas. El compi del trabajo nos escribe con que las cosas se han puesto críticas. Tengo un móvil sólo con cobertura 2G y dando gracias, me sabe mal no poder hacer nada. Un poco de tele con la falda de la mesa camilla del brasero por encima y al sobre —jueves 27.

[11] bombones para celebrarlo

[11] bombones para celebrarlo

[12] nada como unas mandarinas que por Totana llaman chinas

[12] nada como unas mandarinas que por Totana llaman chinas

Me despiertan los perros correteando a las 0734. Día de los inocentes pero yo para cuestiones del monte sólo trato con gente seria. Nada como el calor de la chimenea para ultimar detalles [13]. Al pasar por el bar Hermanos Mandola está cerrado, así que sin café. Alquerías, Pinos Donceles, Collado Bermejo, La Carrasca. Un poco de monte a través entre pinos, otro tanto de buscarse la vida por las pedreras de El Morrón. Nos desviamos un poco para ver el Sigismondi que no hace más que tentar con esa aguja preciosa pero no es el día de subirlo [14]. Callejón del Diablo para arriba [15]. Preparación del material. Escalada a Peña Soleada en un solo largo. Un trago de agua contemplando las vistas a El Morrón y la valla del EVA-13 [16], La Carrasca [17], El Collado Bermejo y Peña Apartada [18] y para abajo haciendo rápel [19] que se nos hace la hora de comer. Bajamos las pedreras que antes subimos, casi se puede surfear entre las piedras. [Enlace al aĺbum] Al pasar por el Mandola sí que está ya abierto y hacemos un avituallamiento. Seguimos para abajo hasta el recibimiento cariñoso de los cachorros [20]. Platanco de macarrones a las 1430 al estilo de como les gustan por Euseigne y siesta. Organizamos en un momento una noche chamonera. ¡Hoy sí que toca ir al Chamones! Desde el camino al punto de encuentro me encuentro con una luna estupenda [21] para salir con el comando alhameño y que uno de mis primos aprenda cómo se las gastan. A las 2315 empieza un buen rato de chateo con la mantellina propia de las fechas al fondo [22] y posterior membrillo casero obsequio de Pepe [23]. Todo lo bueno se acaba y Pepe echa el cierre. Pasamos por el Latinos de toda la vida —o cómo se llame ahora— pero falta festival. Tiramos para el The Rock Café y seguimos de risas entre Estrellas de Levante [24] y una bandeja de torta totanera [25 que Juan nos saca sin pensar que nos atreviésemos a liquidarla. A las 0410 este local también cierra y salimos. Los alhameños tienen ganas de ir al Nature de su pueblo, pero mi primo y yo damos nuestro cometido cierrabares del día por concluido. Pillo la cama con unas ganas que no lo sabe nadie y sin una sola inocentada —viernes 28.

[13] calor de la chimenea para ultimar detalles

[13] calor de la chimenea para ultimar detalles

[14] el Sigismondi que no hace más que tentar con esa aguja preciosa

[14] el Sigismondi que no hace más que tentar con esa aguja preciosa

[15] Callejón del Diablo para arriba

[15] Callejón del Diablo para arriba

[16] El Morrón y la valla del EVA-13

[16] El Morrón y la valla del EVA-13

[17] La Carrasca

[17] La Carrasca

[18] El Collado Bermejo y Peña Apartada

[18] El Collado Bermejo y Peña Apartada

[19] para abajo haciendo rápel

[19] para abajo haciendo rápel

[20] recibimiento cariñoso de los cachorros

[20] recibimiento cariñoso de los cachorros

[21] una luna estupenda

[21] una luna estupenda

[22] chateo con la mantellina propia de las fechas al fondo

[22] chateo con la mantellina propia de las fechas al fondo

[24] membrillo casero obsequio de Pepe

[24] membrillo casero obsequio de Pepe

[24] de risas entre Estrellas de Levante

[24] de risas entre Estrellas de Levante

[25] bandeja de torta totanera

[25] bandeja de torta totanera

He dormido como un lirón careto hibernando. Justo es la hora de comer y aparece mi primo que vive por las américas recién llegado. Entre críticas a la comida de EE.UU. y hablar sobre a lo que nos dedicamos cada cual a uno y a otro lado del charco vamos comiéndonos las mejores albóndigas del mundo. Cae la tarde viendo una película de serie B de Antena3. Toca cena de Navidad con los alhameños frente a un asado [26] que no deja a nadie con hambre. Nos vamos turnando entre vigilar el asado o vigilar la chimenea [27]. Cenamos. Nos tomamos un digestivo de gin & tónica [28] y tiramos para el Zeppelin. Uno del grupo que se ha quedado en casa acicalándose ha quedado con una que viene acompañada por una amiga y las identificamos al vuelo nada más entrar. No las conocemos pero entre nosotros sí. Son las 0215, he venido de paquete y si quiero volverme tengo la opción segura de ahora o esperarme hasta Dios sabe cuándo Magno decida volverse. Hoy vamos a asegurar —sábado 29.

[26] un asado

[26] un asado

[27] vigilar el asado o vigilar la chimena

[27] vigilar el asado o vigilar la chimenea

[28] digestivo de gin & tónica

[28] digestivo de gin & tónica

En pie. Visita a familiares y comida de lujo. Otra hinchada más sin que falten los dulces de Navidad con nombre bonito donde los haya «La Fea» [29] ni una chimenea [30]. Hago tiempo para un plan pensado desde primeros de mes pero al final la salud de un familiar de la otra parte se impone, lógicamente. Ceno y emprendo el regreso pasando a echar un rato de tertulia de despedida con los alhameños en el William’s. Uno me promete que la semana de reyes se viene a Madrid de visita. Puede que otro se sume. Me vuelvo para Cartagena que hace fresco [31] —domingo 30.

[29] nombre bonito donde los haya «La Fea»

[29] nombre bonito donde los haya «La Fea»

[30] una chimenea

[30] una chimenea

[31] vuelvo para Cartagena que hace fresco

[31] vuelvo para Cartagena que hace fresco

Duermo y duermo todo lo que puedo, que esta noche es de las que se alargan…

Continuará.

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