Existe un curioso y sobre todo antiguo efecto que todo grupo de amigos teme que padezca algún integrante de la cuadrilla, aunque a la vez a escondidas todos desean tener ocasión propia de tolerarlo: el efecto chochil.
Se le puede llamar de muchas maneras, pero ésta, la más clara, me la dio a conocer mi querido amigo Fran —el del macho del pichu—, que como es un cachondo sé que no le importará que revele que él fue quien me lo dijo.
El efecto chochil es aquel que una mujer logra sobre un hombre, con menor o con mayor éxito, con el que consigue manejarlo en muchas situaciones. Como si se tratara de una marioneta. Si eres mujer puede que saltes diciendo que esto es un machismo en toda regla, pero si eres hombre muy posiblemente entiendas de lo que va, como por ejemplo:
- estás con los amigos de fiesta y la churri —no confundir con gárrulo 😆 — va contigo en lo que es una noche que promete mucha fiesta, pero si la churri dice de irse tú le obedeces ciegamente, vayas o no a tener fiesta privada con ella después.
- el ejemplo de antes tiene algunas especializaciones, como que ella tenga que irse para estudiar, y tú a sabiendas de que va a estudiar libros y no a ti, aún así te vayas y no vuelvas después de despedirla con tus amigos.
- tienes un plan desde hace mucho, pero el día en el que tanta planificación va a culminar la jefa te dice que le duele la cabeza y entonces te quedas con ella. Puede que te haya dicho que no seas tonto y te vayas. Pero te quedas.
¿Amor?, ¿calentones de hormonas que se revolucionan por si cae la breva? Ni idea. Normalmente quien lo padece no se lo hace padecer al contrario a la socia, claro está. Cada cual sabrá por qué siente este viejo efecto, aunque a mi me recuerda mucho al que siempre me ha dicho uno de mis tíos: «las mujeres te ligan». 🙄
Imagen → Flickr de TillinKa