La opinión que le debo a los numerus clausus y la limitación de plazas no es precisamente positiva. Y en estos tiempos de tanta escasez de trabajo y gente que tiene que emigrar para buscarse las habichuelas me viene al recuerdo un argumento más de los defensores de tal artimañana.
Muchos partidarios de los numerus clausus basan la necesidad de estos en la limitación de plazas de las carreras universitarias. Hasta ahí se puede entender. Alguna manera de selección hay que poner. Pero además los hay que justifican la limitación de plazas con la demanda que las titulaciones tienen en el mercado. Dicho queda correcto y hasta parece eficiente. Sin embargo cuando lo trato de aplicar a algún determinado ejemplo no me salen las cuentas, como derecho y medicina.
La titulación de derecho ha venido siendo de las que más plazas oferta y además con una nota de corte para la que era suficiente con el aprobado. Esto era así en 2001 y creo que once años después lo sigue siendo, de la misma manera que hace once años no hacían falta licenciados en derecho a montes ni ahora tampoco. Sin ir más lejos una prueba es la gran cantidad de personas que conozco que han estudiado derecho y no logran encontrar un hueco para ejercer, empiezan lo que creen que es una pasantía y les acaban pidiendo que limpien los aseos, les posponen las convocatorias para oposiciones, etc. Las hay que ya no saben qué hacer con su vida. Me da mucha lástima escuchar a alguien decir eso.
La titulación de medicina lleva ya varios años de largo requiriendo de una buena nota de corte para acceder. Pasaba en 2001 y sigue pasando ahora. Al igual que médicos vienen haciendo falta también. Ahora incluso más que en 2001. Pero las plazas apenas las aumentan. Al Estado le sale más barato que quien no tenga nota se busque las castañas en una privada con procesos de selección más personalizados o se vaya a la República Dominicana, Polonia, etc. Como si no hicieran falta médicos y no tuviéramos un montón de médicos con títulos extranjeros a veces hasta sin homologar, según el propio Ministerio de Sanidad ha reconocido en algunas ocasiones.
Así pues, lo de que la limitación de plazas se fija acorde a la demanda en el mundo laboral parece, al menos a día de hoy, una razón poco creíble. Se hace porque no hay dinero para más y punto. Como a otras tantas maniobras nos tienen acostumbrados los políticos.