Limitación de plazas y paro

La opinión que le debo a los numerus clausus y la limitación de plazas no es precisamente positiva. Y en estos tiempos de tanta escasez de trabajo y gente que tiene que emigrar para buscarse las habichuelas me viene al recuerdo un argumento más de los defensores de tal artimañana.

Muchos partidarios de los numerus clausus basan la necesidad de estos en la limitación de plazas de las carreras universitarias. Hasta ahí se puede entender. Alguna manera de selección hay que poner. Pero además los hay que justifican la limitación de plazas con la demanda que las titulaciones tienen en el mercado. Dicho queda correcto y hasta parece eficiente. Sin embargo cuando lo trato de aplicar a algún determinado ejemplo no me salen las cuentas, como derecho y medicina.

La titulación de derecho […] (continuar leyendo)

La UCAM intentará por enésima vez impartir medicina

Lo publica hoy La Verdad. Será por supuesto si la Facultad de Medicina de la UMU no azuza también a la Comisión Permanente del Consejo de Universidades como ya presumiblemente hizo con la ANECA, en puesto de esmerarse más en educar a la ciudadanía en el uso de la medicina [La Verdad].

Las últimas polémicas a las que se enfrenta parecen estar en el uso de hospitales públicos y la existencia de plazas para sus alumnos. Desconozco si la UCAM le habrá ofrecido un pago a cambio a la Consejería de Sanidad y Consumo, que el sentido común me hace intuir que sí porque el Estado lo somos todos, aunque también es previsible que la UMU le pague a los médicos por dar prácticas en los hospitales y no es algo que se lleve cumpliendo del todo, como algunos alumnos bien han sabido al llegar y encontrarse que el médico se niega a seguir enseñando gratis para la UMU. Como la coincidencia de que tras llevar un montón de años el Rosell reclamando ser nombrado hospital universitario, cosa de veinte años dice la gente, no se le empezó a tener dicha consideración y uso hasta que la UCAM se interesó en él.

En estos tiempos de crisis la Administración no está nada boyante, al dinero no le van a faltar dueños y ya veremos quién gana, pero tendrá que ahorrar todavía más dinero en educación. Yo no me creo ni mejor ni peor que el resto de ingenieros por haber estudiado en una pública. Como en todos lados he tenido profesores excelentes y otros que estaban deseando acabar la clase para irse a sus negocios privados en los que por cierto alguno usaba material de la propia universidad. Pero la UJCE por ejemplo en eso nunca dijo nada.

Que gane el conocimiento y el saber, que aún ninguna universidad española está entre las cien primeras mientras aquí se pelean entre las propias públicas, ya no sólo entre públicas y privadas.

Fiestas de San José 2010

A ver si así se enteran mejor mis amigos, que entre la edad y que cada año también va empeorando la difusión que las delegaciones de alumnos hacen de las fiestas entre las avisan deprisa y corriendo y casi sin carteles…


Como cada año con el buen tiempo, o lo que ahora se supone que hace, llegan las Fiestas de San José de la UPCT, o como la gente más las conoce: las fiestas de teleco e industriales; aunque en honor a la verdad hay que mencionar también a la gente de turismo. Pero toda la gente sabe que cuando se trata de ver ambiente y mozas en las nuestras de nuestro campus sí que hay, no como esas fiestas-encerrona de enfermería o turismo en las que tan inocentemente caímos en los primeros años. 🙄

La web de la Delegación de Telecomunicaciones está desaparecida en combate, pero siempre quedará la de Industriales, que sin ser expertos en comunicaciones saben tener la información fresca en cuanto llegan las fiestas. Así que para los despistados aquí dejo unos carteles informativos de la agenda de estas fiestas: […] (continuar leyendo)

Mi universidad busca más mujeres

Logo UPCTHoy me he enterado de que la Universidad Politécnica de Cartagena busca que se matriculen más mujeres, según da a entender laverdad.es y su propia nota de prensa. De hecho se ha convocado un concurso para ello con premios en metálico para los tres primeros y exposición en la Casa del Estudiante. El premio es lo de menos, poco con otros gastos que se hacen.

Una cosa es fomentar la igualdad y otra pedir peras al olmo. Desde que el magnificus actual salió electo, en unas elecciones en las que solo hubo su candidatura por cierto, en la universidad existe la gran obsesión de que se matriculen más chicas. Y ya no es de los estudiantes masculinos que por supuesto nos inclinamos por tocar a muchas compañeras por cada uno. Es que cuando se miran los típicos folletos de publicidad de la universidad o incluso la agenda que cada año nos mandan a casa, hay un montón de fotos con chicas, más que de chicos. ¿Para qué? Cuando se han organizado actos en los que han tenido que participar alumnos y alumnas se ha intentado que a ser posible la participación femenina fuera mayor que la masculina. Como si las carreras de aquí fueran Derecho y Medicina. Y no es así, le pese lo que le pese al rector, las carreras técnicas de siempre les han gustado más a los chicos que a las chicas. Y el que esto sea una politécnica es lo que tiene, un capazo de ingenierías y por tanto hombres. Que es algo que también saben las estudiantes de letras motivo por el que cuando son nuestras fiestas acuden más que si fuéramos de letras.

Para mi no es discriminación, y de nada va a ayudar ahora aumentar la publicidad para intentar que se matriculen más chicas. Distinto es por ejemplo si en una sola esquina de la institución se discrimina según el sexo. Eso sí hay que erradicarlo, aunque a mi en revisiones me han dejado suspenso con la misma nota que a algunas a las que han aprobado a cambio de presentar un trabajito. Pero seguir con la campaña de siempre mientras esta institución se ha gastado el dinero público en llenar Antigüones de pantallas de televisión con el objetivo de anunciarnos a los propios alumnos las carreras que podemos estudiar, se han puesto videoconsolas en la llamada Casa del vago Estudiante, se ha permitido que se quede frente al antiguo CIM la puerta cayéndose, se sigue sin dotar de una solución al caos de aparcamiento en el Campus de la Muralla, sigue dejando que algún profesor se lucre privadamente haciendo uso de material público,.. Ya vale de publicidad y más publicidad, que en las ingenierías no van a aumentar las matriculaciones, ni de chicas tampoco, hasta que no pongan en marcha los nuevos planes de estudios, porque poca gente habrá que se quiera meter a algo para que de aquí a poco le digan que se dé prisa que su plan de estudios se quita. Y todo esto con el dinero de los impuestos y de las matrículas, que precisamente tampoco son de las más baratas de las universidades públicas de España.

Imagen → upct.es

El paripé de los «numerus clausus» en la universidad

El asunto de los numeros clausus dicen que es de las maneras más justas para seleccionar quien accede a las titulaciones con límite de plazas. De acuerdo. El que sea muy listo o muy aplicado tendrá unas buenas notas con las que poder entrar a la carrera que le dé la gana —actualmente eso es de un 9 para arriba, ojo—, y el que es tonto o vago tendrá que conformarse con donde sus notas le dejen matricularse. Aunque luego todos conocemos casos de gente con buenas notas que se meten a estudiar algo por la fama que tiene y que acaban dejando, al igual que otra que entra en la última en la carrera pero se le da genial y luego es un buen profesional. De todo hay en todos sitios. Sin embargo hay algunas cosas que no entiendo de esto del acceso a la universidad.

Los redondeos. Te tiras los dos últimos cursos de instituto en algo llamado Bachiller, que antes por cierto era más largo y enseñaban más conocimientos con los que llegabas a la universidad mejor preparado, en los que las notas de cada asignatura te las tienen que redondear a un entero. No valen decimales. Tienes en tal asignatura un 7,5 y según el profesor que sea te lo redondea al entero superior, un 8, o directamente lo trunca y te deja un 7. Y así en otro montón de asignaturas, a lo largo de esos dos cursos años, para que luego se acuerden de la exactitud y los decimales cuando acabes el instituto y se pongan a calcular la media de todas las asignaturas. Esto choca con selectividad donde a la nota de cada examen se le respetan sus decimales. Si en el instituto has tenido profesores tipo buena persona tendrás una mejor media que si te han tocado unos cuantos amargados que se creen que van a espabilar a la sociedad por redondear las notas al entero inferior. La exactitud en las notas debiera respetarse desde primero de bachiller, por eso de que todos seamos iguales y patatín patatán.

Las repescas. Las hay, y es lógico puesto que como no sabes a ciencia cierta en donde te van a admitir pues pruebas varias carreras y/o varias universidades, así que si quedan huecos libres se mira de la lista de espera que haya. Ahora bien. Están las repescas cuyas fechas se anuncian con buena antelación y se publican en varios lugares, y la repesca última que según la decencia de la secretaría de la escuela o facultad se anuncia sólo en el tablón de la puerta y de un día para otro. ¿Y qué pasa entonces? Que de esa última repesca que sale casi en petit comité se enteran cuatro gatos, y cuantos menos gatos haya además de yo pues más probabilidades tendré yo. Esto es ni más ni menos que el asunto de cubrir las plazas reservadas para discapacitados, deportistas de élite, extranjeros,.. y demás que puedan quedar desiertas […] (continuar leyendo)

Estudiantes con falta de adiestramiento

Con lo que sucedió ayer entre unas fieras y el Rector de la Universidad Complutense de Madrid [elmundo.es] me he convencido de que la falta de doma que tenemos la juventud de ahora ha llegado también a las universidades.

¿Qué estudian los salvajes esos que gritaban fascistas mientras zarandeaban e insultaban a alguien que piensa distinto a ellos? Espero que por el bien de sus futuros no sea Derecho, ni Ciencias Políticas ni carreras por el estilo, porque no tienen educación pero tampoco ni puta idea de lo que dicen por esas bocas. Yo creo que con expulsarlos no sería suficiente, habría que enviarlos de vuelta al colegio, ni si quiera al instituto, a que aprendiesen a expresarse como personas civilizadas y no como la fauna que habita en la jungla.

En todas las universidades cuecen habas, en la mía también, y no por ello montamos esos escándalos. Lo más parecido que recuerdo son las protestas de los cuatro típicos que apuntaban maneras de que iban a criar nietos estando aún en la universidad cuando pusieron lo de Sistemas de Defensa. Sin tener ni puñetera idea del temario del par de años de eso, se descolgaron por los patios poniendo pancartas y haciendo manifestaciones de cuatro gatos. «Sistemas de Defensa» suena a defenderse, que precisamente las asignaturas no eran de fabricar armas, sino de protegerse contra ataques.

Pero la universidad se le olvida a muchos que también educa, además de enseñar conocimientos. Aunque luego sepas que pocos te van a servir para la vida laboral, pero la educación sí que te va a valer allá donde vayas. Y alguien supongo que le habrá explicado a esta banda de salvajes, que debieran ya saberlo, que la universidad tiene su vía de tramitar quejas. Pedir hablar con alguno de los vicerrectores con el propio rector, hacer uso de los buzones de sugerencias, hablar con las delegaciones para que las quejas tengan mayor amparo,.. Y ya cuando eso no funciona pues se intenta llamar la atención de los medios de comunicación para que se difunda la protesta, o incluso se intenta llegar a un juzgado. Pero nunca se recurre a la ley de la selva, aunque tentaciones las tengamos todos.

Al margen del asunto universitario, las otras noches salía paraguas en mano con mi madre del portón, y justo en ese instante vemos como de un grupo de cuatro chicos que estaban parados hablando uno se vuelve y tira un escupitajo al portón. Además escupitajo de esos cargados, de los que los ruidos previos lo delatan. Pues tras llamarles la atención tanto mi madre como yo —«oye, que eso luego hay que limpiarlo»—, que les tendría que haber dicho algo más fuerte como que se fueran a su pocilga particular a hacer esas cosas, nos miraron fijamente y siguieron ahí tan campantes, como si nada, como si pasaran de todo. Anda que no corríamos lejos nosotros cuando alguien nos llamaba la atención por cualquier cosa, que ya era suerte si no se enteraban nuestros padres. A mi me dieron ganas de darle un viaje al niñato con el paraguas, pero esas no son las reglas de la sociedad en la que vivimos, para bien o para mal.