Con la última reforma del Código Penal se han llevado a cabo algunos cambios bastante curiosos y que traerán cola. Sin embargo casi ningún medio de comunicación los ha mencionado. Quizás porque vende más tratar asesinatos, políticos corruptos y demás temas de moda. A mi en especial me han llamado la atención dos aspectos: responsabilidad penal para las empresas y pulseras para terroristas y acosadores.
En lo referente a la responsabilidad penal para las empresas no habría mucho que decir si no fuera porque de ella quedan exentos los partidos políticos, sindicatos y empresas públicas. Que si el administrador de la empresa amigos asociados y en benefinicio de la misma comete un delito, la empresa puede llegar a tener que responder de manera penal, además de civil. Pero que si esto lo cometen unos sindicalistas con el presunto aliento y beneplácito del sindicato, sólo podrán responder ellos por la vía penal, pero al sindicato sólo se le buscará por la vía civil. Y lo mismo si son políticos o un trabajador de Correos o alguna otra empresa pública que aún quede. Siempre y cuando, insisto, si con ello se beneficia a la empresa/organización y se cuenta con su apoyo. Pero no deja de ser un agravio comparativo para el resto de los currantes de España.
La continuación de la expansión de las pulseras telemáticas es otro cantar […] (continuar leyendo)

Con las normativas actuales y avances en la construcción se supone que los edificios que se construyen en estos tiempos han de tener unos accesos que no discriminen a personas con minusvalías. Que estén adaptados a ciegos y a gente que va en silla de ruedas, por ejemplo, hablando claramente. Sin embargo está a la orden del día el encontrarse con instalaciones que no cuentan con las medidas y facilidades oportunas para personas con este tipo de dificultades como he visto en la primera fase de la llamada «Ciudad de la Justicia» de Murcia ciudad. En el primer edificio, el único que hay en pie de momento, porque se supone que están haciendo otro dentro del recinto.