Es frecuente en los últimos tiempos escuchar en boca de cualquiera que «nos lo quieren prohibir todo», que «el Gobierno nos lo quiere controlar todo» y frases similares. Y en honor a la verdad creo que gran parte de culpa de tanta prohibición es nuestra, pero en España la afición nacional número uno de criticar nos impide darnos cuenta.
Por ejemplo, lo más comentado en estas semanas es el asunto de la ley contra el tabaco. Servidor es el primero en ponerse de mala sombra cuando las personas de entornos cercanos fuman en tu propia cara y encima se indignan si se les rechista. Ya saben, la confianza da asco y los vicios es lo que tiene. Pero de que los políticos pretendan que no se pueda fumar en ningún bar también tenemos parte de culpa los que no fumamos, porque no nos movemos ni los políticos tampoco por incentivar que haya bares en los que no se pueda fumar. Igual que hay locales en los que no te dejan entrar por ir con zapatillas o en chándal, pues que te echen si te pillan fumando. Lo que pasa que tal cual somos un empresario tiene que tener agallas para montar un bar en el que no se permita fumar, y encima con los tiempos que corren en el bolsillo. Además de los amigos que todos tenemos a los que el vicio les puede, aunque ello perjudique a sus amigos obligándoles a tragarse su humo y el de los demás que estén fumando en el local. […] (continuar leyendo)