No entiendo por qué la gente hoy en día parece sumida en una moda por hacer la Iglesia Católica a su antojo. Como si fuera cosa sólo de España o de nuestro pueblo, como si fuera una institución de cuatro gatos que los pobres están desorientados y entonces otros cuatro iluminados, creyentes ellos en posesión de la verdad única, tuvieran que guiarlos en este mundo moderno. Pobres carcas piensan muchos. Pues que piensen lo que quieran, pero que dejen vivir a los demás como la Iglesia hace.
Muchos expertos, incluidos sacerdotes, atribuyen ese odio que se le tiene a la Iglesia a que hasta hace poco el ser católico en España era algo obligatorio. Y no por Franco, sino de unos cuantos siglos antes, de cuando reinaban los Reyes Católicos por ejemplo. Otra gente lo atribuye a la cercanía con el poder, y el suyo propio, que la Iglesia ha tenido a lo largo de la historia de España, como con el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición y Las Cruzadas.
Pero para la gran mayoría, hablando ya de críticos ignorantes y no de historiadores, parece como si la Iglesia no la formaran personas, que como el resto de personas no están libres de equivocarse. La Iglesia ha pedido perdón varias veces por los desastres que haya podido causar en el pasado, pero claro eso a los ignorantes, que por desgracia encima no son ateos en el fondo, no les basta —¡ellos que van a creer en el perdón!—. Ahora tenemos la moda de los temas del preservativo y del aborto.
Así como si la Iglesia Católica fuese la única institución de carácter religioso que existe en el mundo que ve mal estas cosas […] (continuar leyendo)