Además de no ser bueno para la propia salud del individuo agresor eso de ir por ahí amenazando a los médicos porque puede haber alguno al que le salga rana la víctima y le parta a él la cara, no es propio de una supuesta sociedad del siglo XXI. Pero lo de ir a la caza del médico hoy en día parece que es más frecuente que antiguamente cuando se supone que la gente no contaba con las facilidades de la educación actual, había menos leyes,.. Creo que la gente ahora hace más lo que le da la gana que antes, y lo peor es que entre lo que hacen está también el agredir a los demás. A estas alturas a poca gente sorprendería el pitote de hace nada en la Arrixaca con entre 20 y 30 personas que había en una habitación y que se pusieron violentas al perder a un ser querido en oncología que estaba en fase terminal, y diciendo «A la médico la vamos a matar».
Pero hace ya unos años que del antes Hospital Naval del Mediterráneo, o como los políticos de Madrid que se lo están terminando de cargar ahora quieran llamar a lo poco militar que queda ahí a pesar de que desde el Ministerio de Defensa les prometiesen que todos se jubilarían ahí, un ATS militar se cruzó con un par de gitanos que salían de recepción acompañados de una recortada. El propio militar tuvo que llamarles la atención puesto que los guardias de seguridad que por allí había no tuvieron cojones para ello, aunque recibió por respuesta de uno de los perlas «esta recortada me la regaló mi padre ¡y no me la quita ni Dios!». El Ministerio por supuesto que fue informado y no hizo nada al respecto. Y en el Rosell desde hace unos cuantos años hay médicos que se tienen que esconder porque las familias quieren agredirles.
¿A dónde hemos llegado? ¿Es que se piensan que los médicos quieren matar a los pacientes? Porque algunas veces la cosa ha ido a más y hasta ha habido víctimas como hace meses en Moratalla. Tristemente la solución a corto plazo pasa por aumentar la seguridad en los centros, endurecer las penas, otorgar al personal sanitario mayor amparo legal,.. Pero como dijo el viernes pasado Grande-Marlaska cuando vino a Cartagena en referencia a los delitos de los menores, es un problema también de educación y social. Cuantas más leyes tengan que hacer al respecto será señal de que peor están las cabezas.
Una muestra más de lo que está degenerando la sociedad. Pero luego las cabezas pensantes nos pedirán que seamos solidarios para seguir gastándose el dinero de todos en buena vida y aspectos menos relevantes para el bien común.