El jamón que no se acabó

Por increíble y duro que parezca, en la Guerra Civil española se dieron situaciones de todo tipo. La mayoría claro está que tristes pero también alguna que cruza a lo anecdótico. Y ese fue el caso de un hombre y su pata de jamón.

Como en tantas familias, hubo quien fue llamado a filas a la fuerza. Quien más y quien menos intentaba evadirse como podía —ya contaré algo de eso—  o se resignaba a tener que obedecer. En el segundo caso pues cada cual siempre ha tenido sus manías, sus costumbres, sus talismanes,.. y hubo un joven al que su padre cargó con un jamón de la matanza, que como no podía ser de otra manera llevaba colgado a la espalda.

No tardó nada el jamón en empezar a recibir tajos aunque de manera muy dosificada, no está claro si por melancolía al llevarlo como recuerdo de casa o por tacañería, pero el muchacho no quería que se le acabase así como así. En guerra la comida nunca escasea. Así que además procuraba llevarlo envuelto en cualquier tela y que pasase desapercibido. Ya se imaginan ustedes lo que pasaba si en esas llegaba de repente uno con un jamón colgado.

Pues el chaval tuvo suerte y consiguió volver a casa un día. Momento para el que ya se envalentonó para darse un homenaje con el jamón y se encontró con la sorpresa de que este llevaba varias balas. La casualidad de llevar la pata colgada le salvó de varios disparos en la espalda. Para que luego se rían de las costumbres españolas.

El gato reincidente

El gato al acecho

El gato al acecho

Llevamos unos días que casi podríamos decir que tenemos un gato. Lo mejor es que ni se le da de comer ni se le tiene habilitado un lugar donde aliviar sus necesidades. Pero lo malo es que no lo queremos y tenemos que estar atentos para que no se nos meta en casa.

Todo empezó hace un par de semanas. Volví a casa una tarde de domingo y alguien me dijo «se te ha escapado el gato». Sería por la calor o por dormir demasiado a cuento del fin de semana, que pensé que se estaba quedando conmigo. Después de que me lo repitiese entré en razón. Un gato había sido visto por la habitación y echado ipso facto. Pensé que sería algo casual. No le di mayor importancia.

Sin embargo al día siguiente pasé por la cocina de buena mañana y una barra de pan en el suelo con un trozo arrancado me llamó la atención. […] (continuar leyendo)

Los calambres del agricultor

No es ninguna novedad que desde hace años para regar los bancales se utilicen motores que bombean el agua del pantano al sistema de riego. Sobre todo cuando se trata de riego por goteo, tan utilizado en la Región de Murcia a pesar de lo que piensen los cuatro manipuladores de turno recelosos de sus aguas de sus miniestados. Sin embargo hace años hubo un agricultor que sufría de unos calambres cada vez que iba a abrir o cerrar una llave.

Tenía este hombre […] (continuar leyendo)