El profanador de tumbas

En la localidad de La Carolina aún hay quien cuenta la historia de un conocido vecino cuyo nombre mejor no continuar publicitando, pero con una historia que no tiene desperdicio.

En otros tiempos era costumbre enterrar a los difuntos con todas las joyas y alhajas. No faltaban tampoco por aquel entonces los ladronzuelos que se aprovechaban del descuido y qué mejor víctima que quien no puede defenderse. Los muertos. Así que de vez en cuando el protagonista de esta historia le daba vuelta al cementerio de La Carolina, de su localidad, en busca de algún nuevo objetivo. Una, dos, tres noches. Pero como todo lo gratis y fácil nos gusta, el individuo continuó haciendo de las suyas sin darse cuenta de que alguien ya se estaba coscando del asunto.

Efectivamente, […] (continuar leyendo)

Badoo y sus tribus

Tres semanas de duración tuvo la oportunidad que le di a Badoo. No me busquen porque no me van a encontrar ya. Ni a mi ni a lo que pudiera haber sido ahí. Porque Badoo se supone que está hecha para conocer gente. Finalidad que nunca se ha ocultado a pesar de ser famosa por parecer una discoteca, con los satélites —hombres al 99%— rodeando a las buenorras del lugar, o que se lo creen, y las demás pues de marginadas a excepción de algunos buitres en busca de la presa débil. Por ejemplo, en el estado del «quiero» ofrece una lista que parece interminable pero acaba repleta de cursilerías o eslóganes de facilona.

Al público femenino sé que no le sientan nada bien este tipo de entradas en el blog, pero para poder opinar con criterio de algo es necesario haberlo conocido. Aunque sea haberlo intentado. Todo surgió fruto de una de tantas bromas e ideas que tengo con un grupo de amigos. Sin ánimo de lucro ni subvención de los políticos de turno por cierto, hacemos de observatorio social. En este caso hemos tratado Badoo, por ser de las redes sociales en su especie más longevas y por no pedir dinero por todo, a pesar de que cada día van cerrando más el cerco de lo gratuito.

El cómo funciona no es ningún misterio. Chicos y chicas, e incluso algún adulto, se registran […] (continuar leyendo)

Llamadas peculiares a la policía

Derecho a la intimidad de cada cual al margen, resultan chocantes estas tres llamadas a distintas comisarías de policía. Tres ejemplos de con lo que la policía tiene que lidiar entre otro montón de cosas. Hay quien dice que son verídicas y quien las pone en duda.

Preguntando la matrícula de su propio vehículo: […] (continuar leyendo)

¿Eres un hombre Floïd?

Hoy, a cuento de la noticia del referéndum de Moclinejo para convertirse en referente homosexual y las ironías de Elentir me he acordado de la campaña que en los últimos meses viene haciendo la gama de productos Floïd —la web más oficial que le he encontrado aunque en Facebook hay página de fans también.

¿Eres un hombre Floïd?

¿Eres un hombre Floïd?

A excepción del fútbol, porque soy más de ciclismo, y de lo de la parroquia porque aunque también vaya a los bares la mía es una donde las ostias son obleas, me considero de Floïd. Lo mejor que he probado para después del afeitado. Digan que huele a viejo unos o que es hortero otras. Esa gente que se considera experta en colonias y sólo conoce las de campañas publicitarias de cachas con tías recauchutadas. A mi me importa que me guste el producto y por eso en una misma leja pueden convivir Floïd, Fa, Varón Dandy o Gentleman de litro, Rochas, Rodier y Montblanc —por ejemplo.